sábado, 28 de noviembre de 2009

¿Qué sentido tiene la vida?

¿Qué sentido tiene la vida? ¿Para qué estoy en el mundo? ¿Existe algún plan trazado, algún objetivo para mí? De ser así, ¿cuál es?

Interrogantes como esos han inquietado el alma y la mente del ser humano a lo largo de toda la historia. Sea cual sea nuestra nacionalidad, credo o color de piel, nuestro corazón padece hambre de las mismas cosas: amor perdurable, felicidad verdadera, sosiego espiritual, verdad y belleza, comprensión de la realidad y un derrotero para nuestra vida.
Todos los seres humanos, desde las tribus más primitivas que habitan en los bosques, hasta los miembros de las sociedades más modernas y avanzadas tecnológicamente, parecen percibir de manera instintiva que la vida es más que un mero azar o accidente evolucionista. A pesar de que siga en aumento el número de personas que buscan en la ciencia moderna y en sus teorías, tan variables y muchas veces contradictorias, el secreto de nuestros orígenes y la verdadera esencia de la vida, a lo largo de miles de años el principal solaz para los hombres ha sido sus diversos credos, a través de los cuales ofrece reconocimiento o adoración a las fuerzas sobrenaturales o invisibles que él intuye deben existir.
En esa búsqueda de Verdad, de iluminación y de paz para el alma, de la Realidad Suprema, son muchas y variadas las creencias y rituales que las distintas religiones humanas han ofrecido. Por intermedio de dichas religiones, el hombre invoca asistencia sobrenatural, con la esperanza de alcanzar la benevolencia y el favor del Poder o los poderes invisibles a los que rinde culto.

2. Pero, ¿cómo voy a preocuparme de algo tan trillado como la religión, si ya dedico todos mis esfuerzos a "destacar" en la vida?

Vivimos en un mundo mutable, cada vez más complejo y dominado por la informática, y en el que aumenta constantemente el número de personas que se ven atrapadas en una angustiosa carrera hacia el éxito económico que les deja muy poco tiempo para considerar asuntos tan "abstractos" como el sentido de la vida, la paz del espíritu, el amor hacia los semejantes, ¡y hasta el destino eterno de sus propias almas! Después de todo, razonan, esas inquietudes podrían representar una distracción indeseada y hasta un obstáculo en su marcha en pos del "dios" más popular de este mundo, ese dios que tiene la supremacía en el culto y la devoción del mundo: ¡el dinero y los bienes materiales!
Desde la más tierna infancia, a muchas personas se les inculca que la única manera de alcanzar la felicidad es: 1º) recibir una buena educación; de ser posible un título de alguna universidad de renombre; 2º) obtener un puesto "prometedor" dentro de alguna pujante empresa o institución; 3º) reunir dinero suficiente para adquirir un automóvil nuevo, una o dos casas elegantes y todo el mobiliario y los aparatos lujosos y ultramodernos que son sinónimo de una situación "desahogada". Si bien esa senda que conduce a la riqueza suele exigir una vida entera de sangre, sudor, lágrimas y esfuerzos, la mayoría de los que la recorren lo hacen sin mayores dudas ni vacilaciones, pues albergan la convicción de que una vez alcanzados los bienes que anhelan, habrán de saborear al fin la auténtica felicidad y la satisfacción.
Sin embargo, mucha de esa gente descubre con desolación que a pesar de sus denodados esfuerzos por atrapar la felicidad, ésta le sigue siendo esquiva. Pasan los años, y muchos de ellos comprueban que las presiones de la empresa o del entorno social los han ido recargando de tensiones y angustias, en lugar depararles aquella paz o satisfacción que esperaban. Como consecuencia, suelen ser sus vidas privadas las que se resienten, pues no les queda ni tiempo que dedicar a sus familiares y seres queridos.
Descorazonados, llegan en última instancia a una trágica conclusión: ¡ni este mundo, ni todas las riquezas y placeres que pueda ofrecer, son suficientes para satisfacer el corazón humano! Tal vez los bienes materiales puedan procurar satisfacción temporal a nuestro cuerpo, pero son incapaces de satisfacer el alma, el espíritu del ser humano, ansioso de una alegría, una paz y un bienestar duraderos que los simples logros materiales no pueden proporcionar.
A esto se debe que los ricos y poderosos sean con frecuencia los seres más desgraciados. Ya tienen en sus manos todo aquello que la mayoría de la gente considera necesario para alcanzar satisfacción y dicha. Ya han alcanzado todas las cosas materiales que deseaban, ¡y descubren con tristeza que todo eso no alcanza para dar satisfacción ni plenitud a sus corazones vacíos, a sus almas hambrientas! ¡Así pues, ni siquiera tienen esperanzas de hallar su felicidad en las riquezas! Lord Byron, el famoso poeta inglés, comprendió esa realidad y se lamentó diciendo: "He bebido de todas las copas del placer y he vaciado el cáliz de la fama, mas ay de mí, ¡aún muero de sed!"
Si bien la mayoría de las personas dedican muy poco tiempo a reflexionar sobre la existencia de un Creador, de un Dios, cuando las golpea una crisis individual o una tragedia, algún accidente inesperado o una grave enfermedad, el fallecimiento de algún familiar o alguna pérdida personal de gran magnitud, ¿a quién se vuelven en busca de auxilio? Una abultada cuenta bancaria, por muy grandes que sean sus cifras, no puede hacer nada por recuperar a un ser querido que haya atravesado los umbrales de la muerte. Las casas, las tierras o un cúmulo de artículos de lujo son impotentes para volver a encender la llama de un amor que se ha apagado, o para sanar las heridas de un corazón quebrantado. En esos momentos de angustia es cuando la gente suele darse cuenta de que los verdaderos valores de la vida son inmensamente más importantes que los simples bienes materiales.

3. ¿No son todas las religiones básicamente lo mismo? ¿No se trata de diferentes caminos que llevan al mismo fin?

Si bien las necesidades fundamentales del ser humano y sus anhelos son los mismos en todos los casos, las mayores religiones del mundo prescriben fórmulas distintas y a veces contradictorias para satisfacer dichas necesidades. Un breve repaso de los credos y prácticas religiosas más comunes hace que ello salte a la vista.
Los fieles creyentes de distintos credos tratan de colmar sus necesidades espirituales asistiendo regularmente a los lugares de culto, ya sean santuarios, templos, mezquitas o catedrales, en los que se elevan plegarias, se quema incienso y se observan infinidad de tradiciones, ceremonias y rituales diferentes.

Existen almas de gran consagración que se muestran dispuestas a renunciar a todo placer o posesión mundanal paraentregarse de lleno a diversas disciplinas religiosas. Hay muchos que, en lugar de honrar o acudir a iconos, ídolos o representaciones de su dios o sus deidades, prefieren buscar la verdad y la realidad dentro de sí mismos, yendo en pos de la luz por medio de la concentración intensa, la contemplación y la meditación.
Algunos buscadores de la Verdad adoran a un solo dios, mientras que otros rinden culto a centenares y aun millares de dioses. De las religiones mayoritarias, algunas empezaron sencillamente como expresiones filosóficas de ética o moral, sin que sus fundadores albergaran la pretensión de propiciar el culto a deidad alguna. ¡Sin embargo, en la actualidad muchos de esos fundadores mismos son venerados como si fueran dioses!
Muchos creyentes acarician como su más caro deseo y mayor aspiración la posibilidad de sobrevivir a la muerte como un ente individual, en una vida futura dichosa y celestial. Otros desdeñan la idea de continuar viviendo como individuos y buscan más bien la extinción de su individualidad para fundirse en la esencia suprema de la realidad universal.
Están los que creen que después de su muerte retornarán a la tierra para reencarnarse una y otra vez, por lo que su existencia actual no sería sino producto de uno de sus muchos nacimientos y renacimientos, que se reproducirán indefinidamente hasta haber alcanzado la plena iluminación o salvación. No faltan quienes creen que sólo se vive una vez en este mundo, y que por lo tanto disponen de una sola oportunidad de vivir correctamente y asegurarse así una existencia feliz en el más allá.
Al ver tantas creencias distintas y muchas veces encontradas, es comprensible que el buscador de la Verdad se sienta un tanto consternado y confuso. ¡En especial si consideramos que cada una de las mayores confesiones está convencida y proclama que su enfoque particular es la única vía hacia la luz, el éxtasis, la salvación o el Cielo!

4. ¿Por dónde empezar, si busco sinceramente la verdad?

Si se tiene en duda que haya un Ser superior, un Dios todopoderoso, el primer paso habrá de ser comprobar si efectivamente existe. La prueba más obvia con que contamos para apreciar la existencia de un Creador divino es el mundo y el universo que nos rodean, la creación natural o física.
Hay un incidente verídico que viene al caso como ilustración. El doctor Robert A. Millikan fue un reconocido físico nuclear norteamericano que obtuvo el Premio Nóbel por sus trabajos experimentales en la fisión del átomo. En cierta ocasión, durante un banquete celebrado en su honor, se le acercó un joven periodista, que le dijo: "Dr. Millikan, no cabe la menor duda de que es usted un científico brillante, un gran conocedor de la física; sin embargo, corren rumores de que sigue sosteniendo el antiguo concepto de la Creación, es decir, ¡de que usted cree en Dios! ¿Es verdad tal cosa?"
Millikan guardó silencio por unos instantes, estudiando el rostro de su interlocutor. Luego sacó del bolsillo de su chaleco un elegante reloj de cadena, y le dijo: "Así como este reloj es obra de un diseñador y relojero inteligente, ¡la compleja precisión y sincronización de este grandioso universo tiene que ser lógicamente obra de un gran Creador!"
El Libro Sagrado de las tres grandes religiones, la Biblia, afirma al respecto: "Desde el principio de la creación del mundo,las cosas invisibles de Dios —su poder eterno y su naturaleza divina— son claramente visibles, siendo entendidas por medio de las cosas que Él ha hecho" (Romanos 1:20*). Dicho de otro modo, la existencia de un Creador invisible se manifiesta o hace evidente a través de este mundo maravilloso hecho por Él, de la Creación, de todas las cosas que podemos ver. ¡La mejor carta de presentación del Creador es Su hermosa obra!

5. Pero la Biblia es el libro santo tradicional de Occidente. ¿Acaso no es el cristianismo una religión estrictamente occidental?

Si bien es cierto que los principios de la Biblia han sido abrazados mayormente por las culturas occidentales, ¡su revelación de la verdad es para todos! ¡Y en realidad, sus orígenes distan mucho de ser occidentales! La mayor parte de la Biblia fue escrita por profetas y videntes nativos de las tierras del Medio Oriente, de Palestina, un puente terrestre muy particular que enlaza a tres grandes continentes: Asia, Africa y Europa.
Dios, el gran Creador, lanza Su amoroso llamado a todos los hombres de la tierra desde las páginas de la Biblia, diciendo:

"¡Vuélvanse a Mí y serán salvos, confines todos de la tierra, porque Yo soy Dios, y no hay otro!" (Isaías 45:22.)

El llamamiento que hace la Biblia es claramente universal, pues dice: "Todo el que invocare el nombre del Señor será salvo, pues Él quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Dios no muestra parcialidad ni hace acepción de personas, ¡puesto que en toda nación acepta a todo el que le ama!" (Romanos 10:13; 1Timoteo 2:4; Hechos 10:34,35.) ¡Es decir, que Dios ofrece amor, paz, bendiciones y salvación para todos, sin distinción de raza, color, nacionalidad o situación social!

6. Sin embargo, el cristianismo practicado por muchas de las diversas iglesias actuales da la impresión de ser una religión bastante egoísta y exclusivista, dedicada a la acumulación de grandes riquezas, tierras, propiedades, edificios, etc.?

Lamentablemente, en muchos casos es así. Gran parte de lo que el mundo ve como reflejo de la cristiandadse ha alejado tanto de las enseñanzas que el sencillo y humilde Jesús impartió a Sus seguidores, que las semejanzas son bastante escasas, si comparamos la forma de vida de muchos cristianos actuales con la de Jesús y Sus discípulos.
Jesús nunca predicó complejas ceremonias ni rituales, ni tampoco normas o regulaciones de imposible cumplimiento. ¡Ni se le escuchó decir jamás que fuese necesario levantar lujosos templos o catedrales a costa de los pobres! Dijo, simplemente, que nuestra obligación religiosa más importante es "amar a Dios y amar a nuestros semejantes como a nosotros mismos" (Mateo 22:37-39). ¡Él mismo mostró a Sus seguidores cómo hacerlo, brindándoles el ejemplo de Su propia vida, marcada por el amor y la compasión, "compartiendo lo Suyo con los pobres, sanando a los quebrantados de corazón, devolviendo la vista a los ciegos y dando libertad a los que estaban cautivos"! (Lucas 4:18.)

7. Si el Dios de que habla la Biblia no es como el que las iglesias dicen representar, ¿cómo es en realidad?

El Dios verdadero es un Dios bondadoso, lleno de ternura y afecto, ¡que vela por todos Sus hijos en cada nación de la tierra! Dice la Biblia que es un cariñoso Padre celestial que te quiere como a Su propio y amado hijo, y que hizo este mundo maravilloso como morada de la cual pudieses disfrutar.
Desafortunadamente, son muchos los que imaginan a Dios como un gran ojo que todo lo ve y que los persigue permanentemente con un garrote alzado sobre sus cabezas, dispuesto siempre a descargarlo sobre ellos como castigo ante el menor pecado, error o debilidad. Sin embargo, la Biblia afirma que tal idea es totalmente infundada y que Dios es tierno y afectuoso, misericordioso y tolerante, que la única razón por la que va tras las personas es Su esperanza de que se vuelvan hacia Él y lo conozcan, para lo cual los aguarda con los brazos abiertos.
Es más, ¡la Biblia dice que "Dios es amor"! (1Juan 4:8) ¡No es un monstruo desalmado que se complazca en el sufrimiento de sus criaturas, ni que desee negarnos todo placer y felicidad, hundiéndonos en la desdicha! No es un déspota despiadado que trate de aterrorizar a todo el mundo empujándolo al infierno. ¡Es un Dios de amor que con su afecto trata de conquistarlos a todos para el Cielo!

8. ¿Dónde está ese Dios?

Jesús dijo: "Dios es Espíritu; y los que le adoran, ¡en espíritu y verdad es necesario que adoren!" (Juan 4:24.) Él no es una persona en el sentido que lo somos nosotros, ¡ya que Él y Su Espíritu desbordan el universo entero!
¡Dios es omnipresente (está en todo lugar); omnipotente (lo puede todo) y omnisciente (todo lo sabe)! ¡No se le puede limitar a un solo lugar, y mucho menos a un simple templo, altar, santuario, edificio religioso o lugar de culto! "¿No lleno yo, dice el Señor, el cielo y la tierra? He aquí que los cielos de los cielos no pueden contenerme. ¡Porque el Altísimo no mora en templos hechos por manos humanas!" (Jeremías 23:24; 1Reyes 8:27; Hechos 7:48.)
Dios es el gran poder fundamental y la luz guiadora del universo, el Creador todopoderoso, el Gran Espíritu del Amor que ha dado vida a todas las cosas. Como paternal y amoroso creador del hombre, guarda para nosotros un destino brillante y benigno, la satisfacción final de todos nuestros deseos de amor, vida, libertad y felicidad. ¡Él te ama!

9. ¿Es ese "Gran Espíritu del Amor" el único espíritu que existe?

Aunque Dios es el único y solo Creador, el único Dios todopoderoso, existen también muchas personalidades espirituales y poderes menores creados por Él. En realidad, existe toda una dimensión, el mundo espiritual, habitado por innumerables millones de seres espirituales, que están presentes aunque sean invisibles al ojo humano. Hay espíritus buenos —los ángeles y los de aquellos que luego de vivir en la tierra están ahora con el Señor— y espíritus malignos, los diablos o demonios. ¡Pero Dios es el único Creador todopoderoso, omnipotente, omnisciente y omnipresente! Todos los demás espíritus mencionados son personalidades inferiores que actúan dentro de los confines que el propio Dios ha determinado para ellos.
Los espíritus buenos, los ángeles de Dios, se ocupan en servirle lealmente. Las fuerzas malvadas del mundo espiritual, los diablos y demonios, están alzados en rebeldía contra Dios y son seguidores de un poderoso ángel rebelde que tiene el nombre de Satanás o Diablo. Éste y sus huestes representan una fuerza rival que mantiene una lucha espiritual constante contra las potencias buenas de Dios. En lugar de tratar de amar y ayudar a la humanidad, acercándonos a Dios, tal como hacen los ángeles, estos demonios buscan constantemente engañar, vencer y destruir al ser humano, ¡esforzándose por empujarlo también hacia la rebeldía contra Dios! ¡Gran parte del caos, la confusión, la crueldad, la mortandad y la destrucción que azotan a nuestro atribulado mundo es atribuible a la acción del Diablo y de sus fuerzas!
Uno de los objetivos centrales de las malignas fuerzas espirituales del Diablo es tratar de obstaculizar y evitar que el ser humano descubra el divino y eterno Reino del amor, la luz y la salvación, y penetre en él. Dice la Biblia que Satanás es "el dios de este mundo, que ciega el entendimiento de los incrédulos para que no les resplandezca la luz del Evangelio" (2Corintios 4:3,4).
Por ello es esencial que tú, que buscas sinceramente la verdad, tengas mucho cuidado y discernimiento al investigar las realidades del mundo espiritual, para evitar que seas entorpecido o engañado por el Diablo o alguno de sus fraudulentos espíritus!

10. Y ¿qué de los dioses de las otras grandes religiones?

Como ya dijimos, algunos de los "dioses" a los que mucha gente ha sido inducida a rendir culto fueron en realidad seres humanos, los fundadores de dichas religiones. Aunque esos hombres nunca reclamaron para sí una naturaleza divina, luego de morir y transcurridas varias generaciones de creyentes, siguió creciendo la veneración y el respeto de éstos, ¡hasta llegar a ser considerados y adorados como dioses, desenlace que dichos fundadores nunca habían deseado ni buscado!
Hay ciertas religiones, como los grandes credos politeístas, en las que se rinde culto a gran número de dioses. Es muy posible que algunas de las hazañas y leyendas atribuidas a dichas deidades fueran originalmente el recuento de acontecimientos y batallas libradas en el plano espiritual. Muchos de esos personajes y las antiguas leyendas acerca de ellos podrían muy bien haber surgido de auténticas personalidades espirituales y antiguas luchas y eventos ocurridos dentro del mundo invisible.
Lo sucedido sería que con el paso del tiempo y la falta de datos precisos muchos de esos hechos habrían sido considerablemente exagerados y distorsionados al transmitirse verbalmente de generación en generación, llegando a convertirse en las increíbles historias, leyendas y epopeyas que conocemos en nuestros días. ¡Sin embargo, sigue siendo cierto que existen incontables millones de seres espirituales, que comparados con los humanos son "dioses" o "diosas", habitantes sobrenaturales del mundo espiritual —unos buenos y otros malos—, que combaten en ese plano para brindar a la humanidad salvación unos y perdición otros!
Naturalmente, algunas de las grandes religiones no se basan en la veneración de ningún Dios con figura de persona. En lugar de ello, lo consideran una especie de "Realidad suprema" o de "Principio fundamental o absoluto" que sostiene la marcha del universo. Ese concepto más bien indefinible del Todopoderoso se percibe generalmente como el de un Dios que permanece un tanto distante y desconectado de las necesidades humanas específicas y de las circunstancias e individuos concretos. Por el contrario, la Biblia afirma que Dios vela personalmente por cada unode nosotros, y que "como el padre se compadece de los hijos, se compadece el Señor de los que le aman" (Salmo 103:13).
Se sabe también de ciertas religiones que, reconociendo el prodigio maravilloso que puede apreciarse en la belleza y el equilibrio de la naturaleza, han llegado a la conclusión de que la Creación misma es Dios, y de que todo lo que vemos es manifestación o parte de la divinidad. Ese enfoque se acerca mucho al principio bíblico de que "Él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en Él subsisten, porque de Él, y por Él, y para Él son todas las cosas, ¡y en Él vivimos, y nos movemos, y somos!" (Colosenses 1:17; Romanos 11:36; Hechos 17:28.) Debido a que Dios es la gran fuerza que lo ha creado todo, en cierto modo Él es parte de todas las cosas y todas las cosas son parte de Él, ¡desde las dilatadas galaxias de los cielos hasta la fuerza cohesiva del átomo más pequeño!
Sensibles a la estrecha relación existente entre el invisible Creador y las cosas visibles hechas por Él, ciertas religiones rinden honor y culto a la Creación misma, al sol, la luna, las montañas, el viento, las estaciones climáticas, etc. En cambio, en la Biblia se nos dice que es posible para nosotros adorar y conocer personalmente a Dios mismo, que podemos mantener con Él un vínculo vivo, y que por lo tanto no es necesario "honrar y dar culto a las criaturas antes que al Creador" (Romanos 1:25). ¡A Dios no le preocupa que sintamos admiración o deleite ante las bellezas, glorias y prodigios que son fruto de Sus manos, ante su hermosa Creación, pero no quiere que glorifiquemos o adoremos las cosas creadas dejando de lado a su Hacedor!
La meditación es otro de los medios con que millones de personas tratan de acercarse a la luz espiritual. Si bien es admirable la dedicación con que muchos buscadores sinceros se entregan a esa senda, ¡los que llegan a alcanzar el estado de trance que hace falta para la meditación profunda deberían tener mucho cuidado! Pues aunque es cierto que pueden llegar a conectarse con algunas de las fuerzas espirituales sobrenaturales que buscan, no lo es menos que al hallarse en trance de profunda meditación pueden exponerse a las potencias invisibles del mundo espiritual. ¡Y si no están auténticamente protegidos por el Espíritu del Dios verdadero, podrían ser fácilmente seducidos y caer presa de espíritus engañosos, terminando poseídos por demonios!

11. ¿Cómo es posible que una práctica religiosa sea nociva si se realiza con sinceridad?

Dice la Biblia que Satanás, el Diablo, es el supremo engañador y que muchas veces "se disfraza como ángel de luz" (2Corintios 11:14,15). Es frecuente que el Diablo agregue gran parte de verdad y de bien a sus mentiras para que su engaño sea más astuto. Es verdad que muchos de los demonios satánicos son evidentemente malignos, violentos, destructivos y horribles, ¡pero en muchas ocasiones el enemigo de nuestras almas intenta seducirnos y atraernos hacia sus mentiras recubriéndolas de ciertas verdades! ¡Es así como tienta a la gente para que caiga en sus garras!
¡Si el Diablo no proclamara ningún bien ni verdad, casi nadie se tragaría sus mentiras! Así que dora su píldora recubriéndola de caramelo, por lo que es posible que al principio se vea y sepa bien, ¡pero al final produce una intoxicación espiritual grave! ¡En realidad, casi siempre se trata de veneno puro, y si uno se lo traga se asegura la muerte espiritual!
¡Por ende, es de vital y eterna importancia que en tu búsqueda de la Verdad encuentres al verdadero Dios, al Dios del amor, a Aquel que te ama ydesea salvarte! ¡No hay formalismos, ceremonias, tradiciones ni rituales religiosos que puedan proporcionarte la maravillosa sensación de paz, alegría, amor y satisfacción espiritual que puede ser tuya si mantienes una relación viva con el Dios viviente!

12. Muchas religiones enseñan que nos es necesario sufrir para agradar auténticamente a Dios y acercarnos a Él. ¿Es verdad tal afirmación?

¡No! ¡Como ya dijimos, Dios es amor, Él te quiere de verdad y desea que seas feliz! ¡Esa es la razón principal por la que te puso en este mundo tan hermoso! Quería que gozaras de la vida y te ha dotado de la capacidad, la sensibilidad y el entorno adecuados para ello. ¡Te creó para que disfrutaras de la vida que te ha dado, para que lo amaras y para que disfrutaras de Él eternamente!
Sin embargo, lamentablemente, son muchos los que no se dan cuenta de que Dios quiere que sean felices. Su concepto de la religión recuerda a la historia del muchacho campesino que regresaba del culto religioso acompañado de su abuelo, que era un señor estricto y de religiosidad extrema, y se detuvo en el camino frente a una mula que había por allí. Acariciándole el hocico, le dijo: "¡Seguramente tú eres una criatura terriblemente religiosa, por esta cara tan larga y tan triste que tienes!"
Para mucha gente la devoción y lapiedad consisten en una negación absoluta de toda felicidad humana y de cualquier forma de placer. ¡Algunos llegan al extremo de creer que todo placer físico es necesariamente perverso o pecaminoso! ¡Y suponen que la piedad religiosa requiere tal aflicción y dolor, así como flagelación, privación y crucifixión impuestas por uno mismo, que se debe permanecer en total angustia y sufrimiento para poder sentirse cerca de Dios! ¡Gracias a Dios, ese enfoque no proviene de la Biblia!
No obstante, alguna pobre gente se ve tan obsesionada por el culto a la negación y la tortura autoimpuesta que llega a sentarse sobre clavos, a caminar descalza sobre tizones encendidos, a azotarse, ¡e incluso a hacerse crucificar! ¡Se someten voluntariamente a toda clase de torturas físicas porque piensan que cuanto más sufran, más "religiosos", "santos" o vinculados a Dios se volverán!
Es cierto que hay ocasiones en las que tal vez debamos pasar por sacrificios o sufrimientos, pero según la Palabra de Dios no hay razón para que lo hagamos a propósito, como un supuesto medio de alcanzar méritos personales o un trato preferencial por parte de Dios! Si sufrimos, suele ser porque Dios lo permite por determinada razón, pero por lo general es como consecuencia de sacrificarnos y actuar generosamente para ayudar a los demás. No porque lo pidamos específicamente, lo deseemos ni supongamos que por hacerlo nos hagamos acreedores a alguna clase de mérito o santidad.

13. Si la negación de mí mismo, el sacrificio y el sufrimiento no son el camino a la salvación, ¿qué puedo hacer para salvarme?

¡Nada! ¡No puedes salvarte a ti mismo! A pesar de ello, la creencia fundamental de casi todas las religiones humanas es que el hombre es básicamente bueno y justo y que es capaz de alcanzar la salvación por sí mismo. ¡En efecto, luego de un cuidadoso análisis, puede llegarse a la conclusión de que en el mundo existen realmente sólo dos corrientes de fe y conceptos religiosos, la que podríamos denominar de "Hágalo usted mismo", y la de "Sólo Dios puede salvarlo"!
¡La mayoría de las religiones del mundo enseñan a sus seguidores que pueden salvarse por méritos propios mediante la piedad y las buenas acciones, por medio de su justicia personal, sus sufrimientos, la negación de sí mismos o su acatamiento a las leyes y tradiciones de la religión de ellos en particular! ¡Pero no ha nacido aún el ser humano que haya sido tan bueno como para hacerse acreedor a su salvación! ¡"Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque"! (Eclesiastés 7:20)
Desde el principio Dios quiso que cada uno de nosotros tuviese una relación íntima y personal y una comunicación directa con Él. Quería ser nuestro amigo más íntimo, Alguien de quien pudiésemos esperar siempre amor, fidelidad, afecto e interés por nosotros.
Aunque por otro lado, no quería forzarnos a buscar la amistad con Él. No hubiera tenido ningún obstáculo para crearnos de modo que le obedeciéramos y adoráramos automáticamente, como si fuéramos robots, pero su deseo no era obligarnos a amarle u obedecerle. Por ello permitió que el bien y el mal fuesen revelados por igual, para que cada uno de nosotros pudiese tomar una decisión individual al respecto, escoger voluntariamente amarle y obedecerle, o rebelarnos y actuar independientemente.
Lamentablemente, todos hemos elegido mal en una u otra ocasión. Hemos actuado a veces de modo egoísta, áspero o insensible, haciendo daño no sólo a los demás, sino también a Dios mismo, que como nuestro Padre celestial, se entristece al vernos tomar el mal camino.
Pero a pesar de todos nuestros problemas, dificultades e imperfecciones, Dios sigue amándonos y queriendo estar cerca de nosotros, ser nuestro amigo y auxilio más inmediato y apreciado. Y por más que nos esforcemos sinceramente en tratar, mediante nuestra piedad, buenos actos, sufrimientos y demás, de acercarnos a Él, de fundirnos en Su esencia, de ser "iluminados" por Él, de merecer que nos salve, siempre fracasaremos en el intento. ¡"Por cuanto todos pecaron y todos están privados de la gloria de Dios"! (Romanos 3:23.) ¡Por muy buenos o justos que tratemos de ser, por muy severamente que nos disciplinemos o luchemos por alcanzar la santidad o la salvación, fracasaremos, porque el hombre es sencillamente incapaz de salvarse a sí mismo!

14. ¿Qué puedo hacer entonces para salvarme? ¿Deberé resignarme a estar eternamente separado de Dios?

Dios es un Ser tan grande, tan elevado y todopoderoso, tan lejano de nuestra limitada comprensión humana, que nos resultaría imposible entenderlos completamente a Él y Su manera de obrar. Él ha dicho: ¡"Como son más altos los cielos que la tierra, así son Mis caminos más altos que vuestros caminos, y Mis pensamientos más que vuestros pensamientos"! (Isaías 55:9.) Sin embargo, era tanto Su deseo de ayudarnos, de acercarse íntimamente a nosotros, que nos envió a Alguien capaz de mostrarnos Su amor, Alguien que pudiese vivir con nosotros como ser humano, que pudiera personificar y mostrarnos la naturaleza del propio Dios.
Dios nos quiere tanto que no quiere que suframos la separación de Él. Si vivimos sin el amor de Dios, nuestro corazón no puede hallar verdadero contentamiento, y permanecemos espiritualmente vacíos y sin vida. De modo que para brindarnos Su Vida y Salvación eternas, envió a la tierra a Su propio Hijo, Jesús, hace dos mil años.
Jesús fue concebido milagrosamente mediante el Espíritu de Dios y nació de una joven virgen llamada María. Creció hasta convertirse, en cierto sentido, en imagen de Su Padre, para que pudiésemos ver cómo es el grandioso e invisible Creador. Dicha imagen es un cuadro de amor, pues todo lo que hizo Jesús fue hacer el bien, ayudar a la gente y enseñarle sobre el gran amor de Dios por todos nosotros.
Finalmente, Jesús culminó Su misión de proclamar ante el mundo las Buenas Nuevas de la Salvación y ofrendó Su vida. Fue cruelmente crucificado por sus desalmados e hipócritas enemigos religiosos. Y tres días después de que Su cuerpo fuese depositado inerte en la fosa, ¡Jesús se levantó de los muertos venciendo a la muerte y el infierno para siempre!
En la Biblia leemos que "de tal manera amó Dios al mundo (a cada uno de nosotros), que ha dado a Su Hijo unigénito (Jesús), para que todo aquel que en Él cree no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16). ¡Si a partir de este instante quieres tener una relación personal viva y plena con el Dios del amor, todo lo que tienes que hacer es sencillamente creer en Jesús y aceptar el don gratuito de la vida eterna que Él te ofrece!
Jesús dijo: "Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos" (Juan 15:13). ¡Él fue el Amigo que dio Su vida por ti, para que no tengas que sufrir por estar separado de ese Dios que tanto te ama!
Si deseas conocer personalmente el gran amor de Dios, hallar la solución para todos tus problemas y dificultades y recibir el perdón de todos los errores cometidos, no tienes más que creer en el Hijo de Dios, Jesús, y aceptar que entre en tu corazón. Jesús dijo:

"Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados, y Yo os haré descansar... ¡porque Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida! ¡Nadie viene al Padre sino por Mí!" (Mateo 11:28; Juan 14:6.)

¡Por más sencillo, o hasta infantil, que pueda parecerte, ese es el Plan escogido por el gran Creador del universo para revelarnos y hacernos llegar Su amor, Verdad y Salvación a cada uno de nosotros! Lo hizo así de sencillo para que cualquiera pudiese recibir Su amor: el niñito, el abuelo anciano, el pobre campesino, el magnate, el indígena analfabeto o el culto intelectual; el oriental, el occidental, el norteño o el sureño, ¡todos, y tú también!
En efecto, recibir a Jesús es tan simple que Él dijo: "¡Si no te humillas y te haces como un niño, no entrarás en el Reino de los Cielos!" (Marcos 10:15) ¿Estás dispuesto a humillarte y aceptar el amor, la alegría, la paz, la satisfacción y la vida eterna por medio de Jesús, como un regalo que te hace a ti, Su hijo?
Jesús te ama y desea darte ese maravilloso regalo ahora mismo, si haces con sinceridad esta sencilla oración, pidiéndole que entre en tu corazón:

"Querido Jesús, sé que necesito ayuda y que no puedo salvarme a mí mismo. Se me ha dicho que Tú eres el Hijo de Dios, y que por tu intermedio puedo alcanzar y conocer personalmente el amor de Dios. Jesús, necesito que Tu amor me limpie de todo temor y rencor. Necesito Tu luz para que ahuyente toda oscuridad. Y necesito Tu paz para llenar y satisfacer mi corazón. ¡Por eso, te abro la puerta de mi corazón y te ruego, Jesús, que entres y me des Tu regalo de la vida eterna! ¡Gracias, Jesús, por haber sufrido por todas las cosas malas que he hecho, por haberme perdonado y por haber escuchado mi oración! En el nombre de Jesús, amén."

¡Luego de haberle pedido a Jesús que habite en tu vida, se abre para ti una existencia totalmente nueva! Dice la Biblia: "Si alguno está en Cristo, es una nueva criatura; las cosas viejas pasaron, ¡he aquí, todas son hechas nuevas!" (2Corintios 5:17)
Si quieres saber más de Jesús, entender mejor quién es Él y por qué lo envió Dios al mundo, pídele, por favor, a la persona que te hizo entrega de este ejemplar, que te facilite otro, muy alentador, titulado "¿Quién es Jesús?" O escribe hoy mismo a la dirección que figura al final del texto y pide que te lo envíen por correo. ¡Que Dios te bendiga dándote Su amor, dicha y paz!

Fecha cierta del nacimiento de Jesus


Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – La Tabla es el resultado de la comparación de ocho calendarios en uso en el área mediterránea, desde Grecia a Roma, a Siria-Palestina, en el período incluido entre el 70 a.C. y el 50 d.C. En ella, en efecto, vienen tanto los calendarios de las Olimpiadas, de la Fundación de Roma (a.U.c.), de los Emperadores y de los Cónsules romanos, de los Sumos Sacerdotes y de la Restauración del Templo de Jerusalén, como las noticias históricas deducidas de los Evangelios y de Antigüedad Judaica y Guerra Judía de José Flavio.

Se pueden “leer” en la Tabla dos hipótesis sobre el nacimiento de Jesús de Nazaret.

La primera, sostenida desde el 800 en adelante, pone el nacimiento de Jesús el 7 a.C., en base a un cálculo previo que contempla la muerte de Herodes el Grande en el 4 a.C., además de de la conjunción precisamente ese año, de los planetas Júpiter y Saturno, fenómeno astronómico considerado como el origen de la estrella que vieron los Magos.

La segunda, por el contrario, ya indicada por el monje Dionisio el Exiguo en el siglo VI y que ha vuelto con auge desde hace una decena de años, en particular por los estudios de Giorgio Fedalto, gracias al uso de los resultados de la U.S Naval Observatory de Washington, que pone el nacimiento de Jesús en el 1° año de la llamada Era vulgar.

Es útil subrayar que para los partidarios de la primera hipótesis Jesús vive del 7 a.C. al 30 d.C., por lo tanto, 37 años; para la segunda, del 1 d.C. al 33 d.C., por tanto, 33 años. La segunda hipótesis es prácticamente ya científicamente incontestable.
¿Cómo sustentar, por el contrario, el nacimiento de Jesús en el primer año de la era cristiana si Herodes muere en el 4 a.C.?

Según el mismo José Flavio, Herodes cumplía 15 años cuando Ircano llegaba al noveno año de su nombramiento, desde que Pompeyo lo ordenó Sumo Sacerdote en Jerusalén. Sabemos que Herodes murió a los 71 años aproximadamente, por tanto, en el 2 ó 3 d.C. – exactamente 55 años después del 54 a.C. – y por lo tanto no en el 4 a.C., como comúnmente todavía continua repitiéndose. Además el eclipse al que hace referencia José Flavio como acontecimiento relacionado con la muerte de Herodes, se ha verificado que tuvo lugar tanto en el 4 a.C. como en el 3 d.C. Se debe también observar, con el fin de realizar los cálculos, que el año cero fue introducido muchos siglos después del mismo calendario preparado por el monje Dionisio, hasta entonces computado, sin solución de continuidad, del 1 a.C. al 1 d.C.

Además, se debe añadir, que las regencias de los hijos de Herodes se exceden en tres años las respectivas fechas de abdicación o muerte: Arquelao es expulsado de Judea en el 7 d.C, después de 10 años de regencia; Felipe muere en el 34 d.C. después de 37 años de regencia y Antipas muere en el 40 d.C. después de 43 años de reinado. Hecho que induce a pensar en un período de al menos tres años de co-regencia del padre con los hijos. De este modo se debe aplazar al 2 ó 3 d.C. la fecha de la muerte de Herodes, porque la del 4 a.C. es en realidad la fecha del testamento con que subdivide el reino entre los tres hijos.

A la luz de lo que hemos dicho, se puede considerar con fundamento que Jesús nació en el 1 d.C. y que Herodes murió entre el 2 y el 3 d.C., confirmando la tradición de las Iglesias orientales registrada en los calendarios julianos y gregorianos. Sobre el día del 25 de diciembre remitimos a lo ya publicado (ver Fides, Las palabras de la doctrina: 28/12/2006 y 4/1/2007). Se recuerda aquí de nuevo que la fiesta cristiana de la Navidad no tiene su origen histórico en Roma sino en Tierra Santa: en la segunda mitad del siglo IV Egeria cuenta que en Jerusalén se celebraba el 6 de enero. Se puede suponer que tal fecha, hoy la Epifania – certificada por cuanto se sabe en Alejandría en el entorno gnóstico de Basílides – haya quedado como la fiesta de la Navidad en los calendarios bizantinos hasta el 1583, fecha de la reforma gregoriana, después de la cual, el calendario juliano va con 13 días de retraso respecto al gregoriano.

Con eso no decimos que todo sea claro, pero “las viejas hipótesis, según las cuales el 25 de diciembre fue elegido en Roma en polémica con el culto mitraico o también como respuesta cristiana al culto del sol invicto, que fue promovido por los emperadores romanos en el curso del tercer siglo como tentativa de establecer una nueva religión de estado, hoy ya no parecen sostenibles” (J. Ratzinger, Introducción al espíritu de la liturgia, Ed. San Pablo, Cinisello B. 2001, p 104) (Agencia Fides 12/1/2007).

ADVIENTO: ES TIEMPO DE ESCUCHAR


ADVIENTO: ES TIEMPO DE ESCUCHAR


Dios sólo nos vendrá si hemos hecho sitio al hermano.
Hablar es cosa fácil, no así el escuchar.
Sin duda por eso nos dio el Señor dos orejas pero sólo una lengua. Oír como quien oye llover, Oír campanas sin saber de dónde, también resulta sencillo.
No así lo de escuchar...
Ponerse a la escucha de alguien es, en primer lugar, rechazar todo lo que puede distraer nuestros oídos, nuestra mente, nuestro espíritu.
Escuchar es acallar los tumultos interiores, apartar las fascinaciones del exterior, alejar las interferencias que dispersan la atención y distorsionan la palabra que el otro me dirige.
Escuchar es hacer un silencio lo suficientemente denso como para que yo grite desde él: «¡Ahora no hay nadie más que tú!
¡No hay para mí otro sonido que la música de tu palabra!»
Ponerse a la escucha de alguien es detenerse, quedarse en un lugar, parar el vértigo y la agitación, como diciendo:
«!Ahora tú eres mi centro! ¡Mi meta!
¡Mi carrera me lleva únicamente a ti!»
Ponerse a la escucha de alguien es apartar la mirada de uno mismo y volverse hacia el otro, llegar al cara a cara, como diciendo:
«¡Aquí estoy! ¡No existe para mí ningún otro interés!
¡Estoy listo para percibir hasta el susurro de tu palabra!»
Escuchar equivale a acoger.
A abrir de par en par todas las puertas tras de las que uno se guarda.
A derribar tanta alambrada y frontera tras de las que nos parapetamos.
Escuchar a alguien es descuidarme a mí y preferir al otro Es preferir al que está ahí, ante mí y acogerlo con su saco atestado de ropa más o menos limpia; pero que es la suya.
Es aceptar que entre en mí, es recibir al otro, con sus sueños y sus deseos; con sus gustos y disgustos; con sus filias y sus fobias.
Es prever que va a desordenar los estantes tan cuidadosamente ordenados de mi existencia; es cederle el sitio; es ofrecerle las llaves de la casa, como diciéndole:
Tu presencia me lo va a poner todo patas arriba; pero corro el riesgo: ¡te escucho!

«¡Las palabras que me digas serán para mi espíritu y vida».
Adviento es el tiempo de le escucha porque es el tiempo en el que, lentamente, asimilamos esa Palabra que ha venido a habitar entre nosotros.
Adviento es el tiempo en el que todos los que escuchan la Palabra aprenden a cambiar sus tinieblas en claridad.

El tiempo en el que, poniéndose a su escucha, se arriesgan a hacer un camino hacia la luz.
Adviento es el tiempo en que los hombres escuchan al Señor por el altavoz de cada prójimo.
Es cuando todo lo que endurece los corazones se derrite ante el calor del Evangelio.
Es cuando saltan a la boca de uno palabras nuevas y al corazón de uno sentimientos nuevos y a la conducta de uno actitudes nuevas... Así nace el Otro en uno.
Por eso, porque... ¡Adviento es tiempo de nacer!

viernes, 27 de noviembre de 2009

¿Jesús nació en Belén o en Nazaret?


¿Jesús nació en Belén o en Nazaret?


San Mateo dice de manera explícita que Jesús nació en «Belén de Judá en tiempos del rey Herodes» (Mt 2,1; cfr 2,5.6.8.16) y lo mismo San Lucas (Lc 2,4.15). El cuarto evangelio lo menciona de una manera indirecta. Se produjo una discusión a propósito de la identidad de Jesús y “unos decían: Éste es verdaderamente el profeta. Otros: Éste es el Cristo. En cambio, otros replicaban: ¿Acaso el Cristo viene de Galilea? ¿No dice la Escritura que el Cristo viene de la descendencia de David y de Belén, la aldea de donde era David?” (Jn 7,40-42). El cuarto evangelista se sirve aquí de una ironía: él y el lector cristiano saben que Jesús es el Mesías y que nació en Belén. Algunos oponentes a Jesús quieren demostrar que no es el Mesías diciendo que, de serlo, hubiera nacido en Belén y en cambio ellos saben (creen saber) que nació en Nazaret. El procedimiento es habitual en el cuarto evangelio (Jn 3,12; 6,42; 9,40-1). Por ejemplo, pregunta la mujer samaritana: “¿O es que eres tú mayor que nuestro padre Jacob?” (Jn 4,12). Los oyentes de Juan saben que Jesús es el Mesías, Hijo de Dios, superior a Jacob, de modo que la pregunta de la mujer era en una afirmación de esa superioridad. Por tanto, el evangelista prueba que Jesús es el Mesías incluso con las afirmaciones de sus oponentes.

Éste ha sido el consenso común entre creyentes e investigadores durante más de 1900 años. Sien embargo, en el siglo pasado, algunos investigadores afirmaron que Jesús es tenido en todo el Nuevo Testamento por “el nazareno” (el que es, o el que proviene, de Nazaret) y que la mención de Belén como lugar de nacimiento obedece a una invención de los dos primeros evangelistas que revisten a Jesús con una de las características que en aquel momento se atribuían al futuro mesías: ser descendiente de David y nacer en Belén. Lo cierto es que una argumentación como ésta no prueba nada. En el siglo I, se decían bastantes cosas del futuro mesías que no se cumplen en Jesús y, por lo que sabemos —a pesar de lo que pueda parecer (Mt 2,5; Jn 7,42)—, no parece que la del nacimiento en Belén fuera una de las que se invocaran más a menudo como prueba. Hay que pensar más bien en la dirección contraria: porque Jesús, que era de Nazaret (es decir que estaba criado allí), había nacido en Belén es por lo que los evangelistas descubren en los textos del Antiguo Testamento que se cumple en él esa cualidad mesiánica. Todos los testimonios de la tradición avalan además los datos evangélicos. San Justino, nacido en Palestina hacia el año 100 d.C., menciona unos cincuenta años más tarde que Jesús nació en una cueva cerca de Belén (Diálogo 78). Orígenes también da testimonio de ello (Contra Celso I, 51). Los evangelios apócrifos atestiguan lo mismo (Pseudo-Mateo, 13; Protevangelio de Santiago, 17ss.; Evangelio de la infancia, 2-4).

En resumen, el parecer común a los estudiosos de hoy en día es que no hay argumentos fuertes para ir contra lo que afirman los evangelios y se ha recibido en toda la tradición: Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes.

Bibliografía: A. Puig, Jesús. Una biografía, Destino, Barcelona 2005; J. González Echegaray,Arqueología y evangelios, Verbo Divino, Estella 1994; S. Muñoz Iglesias, Los evangelios de la infancia, BAC, Madrid, 1990.

¿Qué fue la matanza de los inocentes?, ¿es histórica?


¿Qué fue la matanza de los inocentes?, ¿es histórica?


La matanza de los inocentes pertenece, como el episodio de la estrella de los Magos, al evangelio de la infancia de San Mateo. Los Magos habían preguntado por el rey de los judíos (Mt 2,1) y Herodes —que se sabía rey de los judíos— inventa una estratagema para averiguar quién puede ser aquel que él considera un posible usurpador, pidiendo a los Magos que le informen a su regreso. Cuando se entera de que se han vuelto por otro camino, “se irritó mucho y mandó matar a todos los niños que había en Belén y toda su comarca, de dos años para abajo, con arreglo al tiempo que cuidadosamente había averiguado de los Magos” (Mt 2,16). El pasaje evoca otros episodios del Antiguo Testamento: también el Faraón había mandado matar a todos los recién nacidos de los hebreos, según cuenta el libro del Éxodo, pero se salvó Moisés, precisamente el que liberó después al pueblo (Ex 1,8-2,10). San Mateo dice también en el pasaje que con el martirio de estos niños se cumple un oráculo de Jeremías (Jr 31,15): el pueblo de Israel fue al destierro, pero de ahí lo sacó el Señor que, en un nuevo éxodo, lo llevó a la tierra prometiéndole una nueva alianza (Jr 31,31). Por tanto, el sentido del pasaje parece claro: por mucho que se empeñen los fuertes de la tierra, no pueden oponerse a los planes de Dios para salvar a los hombres.

En este contexto se debe examinar la historicidad del martirio de los niños inocentes, del que sólo tenemos esta noticia que nos da San Mateo. En la lógica de la investigación histórica moderna, se dice que «testis unus testis nullus», un solo testimonio no sirve. Sin embargo, es fácil pensar que la matanza de los niños en Belén, una aldea de pocos habitantes, no fue muy numerosa y por eso no pasó a los anales. Lo que sí es cierto es que la crueldad que manifiesta es coherente con las brutalidades que Flavio Josefo nos cuenta de Herodes: hizo ahogar a su cuñado Aristóbulo cuando éste alcanzó gran popularidad (Antigüedades Judías, 15 & 54-56), asesinó a su suegro Hircano II (15, & 174-178), a otro cuñado, Costobar (15 & 247-251), a su mujer Marianne (15, & 222-239); en los últimos años de su vida, hizo asesinar a sus hijos Alejandro y Aristóbulo (16 &130-135), y cinco días antes de su propia muerte, a otro hijo, Antipatro (17 & 145); finalmente, ordenó que, ante su muerte, fueran ejecutados unos notables del reino para que las gentes de Judea, lo quisieran o no, lloraran la muerte de Herodes (17 &173-175).

Bibliografía: A. Puig, Jesús. Una biografía, Destino, Barcelona 2005; S. Muñoz Iglesias, Los evangelios de la infancia. IV, BAC, Madrid 1990; J. Danielou, Los evangelios de la infancia, Herder, Barcelona 1969.

¿Estuvo casado San José por segunda vez?


¿Estuvo casado San José por segunda vez?


Según San Mateo, cuando la Santísima Virgen concibió virginalmente a Jesús, estaba desposada con San José aunque todavía no vivían juntos (Mt 1,18). Se trataba de la situación previa a los desposorios que, entre los judíos, suponía un compromiso tan fuerte y real que los comprometidos podían ser llamados ya esposo y esposa, y que sólo podía ser anulado mediante el repudio. Del texto de San Mateo se deduce que tras el anuncio del ángel a José explicándole que María había concebido por obra del Espíritu Santo (Mt 1,20) se casaron y pasaron a vivir juntos. La narración de la huida y vuelta de Egipto, y el establecimiento en Nazareth (Mat 2,13-23), lo mismo que el episodio de la presentación del niño en el Templo cuando tenía doce años acompañado por sus padres tal como relata San Lucas (Lc 2,41-45) así lo dejan entender. San Lucas, además, al narrar la anunciación del ángel a María la presenta como “una virgen desposada con José de la casa de David”. Por tanto según estos evangelios San José estuvo casado con la Santísima Virgen. Este es el dato que pertenece con certeza a la tradición histórica recogida en los evangelios.

Ahora bien, si esas fueron las segundas nupcias de San José, o si San José ya anciano y viudo no llegó a desposar a la Virgen María, sino que únicamente cuidó de ella como de una virgen a su cargo, son temas que caen en el terreno de las leyendas y que no ofrecen garantía alguna de historicidad.

La primera mención de esas leyendas se encuentra en el llamado “Protoevangelio de Santiago” en el s. II. Cuenta que María permanecía en el Templo desde los tres años y que, al cumplir los doce, los sacerdotes buscaron a alguien que se hiciera cargo de ella. Reunieron a todos los viudos del pueblo, y tras un signo prodigioso ocurrido en la vara de José, consistente en que de ella salió una paloma, entregaron a éste la custodia de la Virgen. Según esta leyenda, sin embargo, José no tomó a María por esposa. De hecho cuando el ángel se le aparece en sueños no le dice a José como en Mt 1,20 “no temas tomar contigo a María tu esposa”, sino “no temas por esta doncella” (XIV,2). Otro apócrifo más tardío que reelabora esa historia, el llamado “Pseudo Mateo”, quizás del s. VI, parece entender que María fue desposada con José, pues el sacerdote le dice a éste: “has de saber que no puede contraer matrimonio con ningún otro” (VIII, 4); pero en general habla de San José como del custodio de la Virgen. En cambio que José desposó a María se dice claramente en “El libro de la Natividad de María”, una especie de resumen del Pseudo Mateo y en la “Historia de José el carpintero” (IV,4-5).

Por tanto, no hay datos históricos que permitan afirmar que San José ya había estado casado antes. Lo más lógico es pensar que fuera un hombre joven cuando desposó a la Santísima Virgen y que sólo estuviese casado esa vez.

Bibliografía:; J. Danielou, Los evangelios de la infancia, Herder, Barcelona 1969; S. Muñoz Iglesias, Los evangelios de la infancia. IV, Bac, Madrid 1990; A. de Santos, Los evangelios apócrifos. BAC. Madrid 1993 (octava edición)

jueves, 12 de noviembre de 2009

¿Qué significa la virginidad de María?


¿Qué significa la virginidad de María?

Que María concibió a Jesús sin intervención de varón se afirma claramente en los dos primeros capítulos de los evangelios de San Mateo y de San Lucas: “lo concebido en ella viene del Espíritu santo”, dice el ángel a San José (Mt 1,20); y a María que pregunta “¿Cómo será eso pues no conozco varón?” el ángel le responde: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra...” (Lc 1,34-35). Por otra parte, el hecho de que Jesús desde la Cruz encomendase su Madre a San Juan supone que la Virgen no tenía otros hijos. Que en los evangelios se mencionen a veces los “hermanos de Jesús” puede explicarse desde el uso del término “hermanos” en hebreo en el sentido de parientes próximos (Gen 13,8; etc), o pensando que San José tenía hijos de un matrimonio anterior, o tomando el término en sentido de miembro del grupo de creyentes tal como se usa en el Nuevo Testamento (Hch 1,15). La iglesia siempre ha creído en la virginidad de María y la ha llamado “la siempre virgen” (Lumen Gentium 52), es decir, antes, en y después del parto como confiesa una fórmula tradicional.

La concepción virginal de Jesús hay que entenderla como una obra del poder de Dios –“para él nada hay imposible” (Lc 1,37)- que escapa toda comprensión y toda posibilidad humanas. Nada tiene que ver con las representaciones mitológicas paganas en las que un dios se une a una mujer haciendo las veces del varón. En la concepción virginal de Jesús se trata de una obra divina en el seno de María similar a la creación. Esto es imposible de aceptar para el no creyente, como lo era para los judíos y los paganos entre los que se que se inventaron burdas historias acerca de la concepción de Jesús, como la que la atribuye a un soldado romano llamado Pantheras. En realidad, ese personaje es una ficción literaria sobre la que se inventa una leyenda para hacer burlas a los cristianos. Desde un punto de vista de la ciencia histórica y filológica, el nombre Pantheras (o Pandera) es una parodia corrupta de la palabra parthénos (en griego: virgen). Aquellas gentes, que utilizaban en gran parte del imperio romano de oriente el griego como lengua de comunicación, oían hablar a los cristianos de Jesús como del Hijo de la Virgen (huiós parthénou), y cuando querían burlarse de ellos lo llamaba «el hijo de Pantheras». Tales historias en definitiva sólo testimonian que la Iglesia sostenía la virginidad de María, aunque pareciera imposible.

La concepción virginal de Jesús es un signo de que Jesús es verdaderamente Hijo de Dios por naturaleza -de ahí que no tenga un padre humano-, al mismo tiempo que es verdadero hombre nacido de mujer (Gal 4,4). En los pasajes evangélicos se muestra la absoluta iniciativa de Dios en la historia humana para el advenimiento de la salvación, y que ésta se inserta en la historia misma, como muestran las genealogías de Jesús.

A Jesús, concebido por el Espíritu Santo y sin concurso de varón, se le puede comprender mejor como el nuevo Adán que inaugura una nueva creación a la que pertenece el hombre nuevo redimido por él (1 Cor 15,47; Jn 3,34).

La virginidad de María es además signo de su fe sin sombra de duda y de su entrega plena a la voluntad de Dios. Incluso se ha dicho que por esa fe María concibe a Cristo antes en su mente que en su vientre, y que “es más bienaventurada al recibir a Cristo por la fe que al concebir en su seno la carne de Cristo” (S. Agustín). Siendo virgen y madre María es también figura de la Iglesia y su más perfecta realización.

Bibliografía: Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 484-511; Francisco Varo, Rabí Jesús de Nazaret (B.A.C., Madrid, 2005) 212-219.

Navidad, que fecha...


¿Por qué se celebra el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre?
Los primeros cristianos no parece que celebrasen su cumpleaños (cf., por ej., Orígenes, PG XII, 495). Celebraban su dies natalis, el día de su entrada en la patria definitiva (por ej., Martirio de Policarpo 18,3), como participación en la salvación obrada por Jesús al vencer a la muerte con su pasión gloriosa. Recuerdan con precisión el día de la glorificación de Jesús, el 14/15 de Nisán, pero no la fecha de su nacimiento, de la que nada nos dicen los datos evangélicos.

Hasta el siglo III no tenemos noticias sobre la fecha del nacimiento de Jesús. Los primeros testimonios de Padres y escritores eclesiásticos señalan diversas fechas. El primer testimonio indirecto de que la natividad de Cristo fuese el 25 de diciembre lo ofrece Sexto Julio Africano el año 221. La primera referencia directa de su celebración es la del calendario litúrgico filocaliano del año 354 (MGH, IX,I, 13-196): VIII kal. Ian. natus Christus in Betleem Iudeae (“el 25 de diciembre nació Cristo en Belén de Judea”). A partir del siglo IV los testimonios de este día como fecha del nacimiento de Cristo son comunes en la tradición occidental, mientras que en la oriental prevalece la fecha del 6 de enero.

Una explicación bastante difundida es que los cristianos optaron por día porque, a partir del año 274, el 25 de diciembre se celebraba en Roma el dies natalis Solis invicti, el día del nacimiento del Sol invicto, la victoria de la luz sobre la noche más larga del año. Esta explicación se apoya en que la liturgia de Navidad y los Padres de la época establecen un paralelismo entre el nacimiento de Jesucristo y expresiones bíblicas como «sol de justicia» (Ma 4,2) y «luz del mundo» (Jn 1,4ss.). Sin embargo, no hay pruebas de que esto fuera así y parece difícil imaginarse que los cristianos de aquel entonces quisieran adaptar fiestas paganas al calendario litúrgico, especialmente cuando acababan de experimentar la persecución. Es posible, no obstante, que con el transcurso del tiempo la fiesta cristiana fuera asimilando la fiesta pagana.

Otra explicación más plausible hace depender la fecha del nacimiento de Jesús de la fecha de su encarnación, que a su vez se relacionaba con la fecha de su muerte. En un tratado anónimo sobre solsticios y equinoccios se afirma que “nuestro Señor fue concebido el 8 de las kalendas de Abril en el mes de marzo (25 de marzo), que es el día de la pasión del Señor y de su concepción, pues fue concebido el mismo día que murió” (B. Botte, Les Origenes de la Noël et de l’Epiphanie, Louvain 1932, l. 230-33). En la tradición oriental, apoyándose en otro calendario, la pasión y la encarnación del Señor se celebraban el 6 de abril, fecha que concuerda con la celebración de la Navidad el 6 de enero. La relación entre pasión y encarnación es una idea que está en consonancia con la mentalidad antigua y medieval, que admiraba la perfección del universo como un todo, donde las grandes intervenciones de Dios estaban vinculadas entre sí. Se trata de una concepción que también encuentra sus raíces en el judaísmo, donde creación y salvación se relacionaban con el mes de Nisán. El arte cristiano ha reflejado esta misma idea a lo largo de la historia al pintar en la Anunciación de la Virgen al niño Jesús descendiendo del cielo con una cruz. Así pues, es posible que los cristianos vincularan la redención obrada por Cristo con su concepción, y ésta determinara la fecha del nacimiento. “Lo más decisivo fue la relación existente entre la creación y la cruz, entre la creación y la concepción de Cristo” (J. Ratzinger, El espíritu de la liturgia, 131).

Bibliografía: Josef Ratzinger, El espíritu de la liturgia. Una introducción (Cristiandad, Madrid, 2001); Thomas J. Tolley, The origins of the liturgical year, 2nd ed., Liturgical Press, Collegeville, MN, 1991). Existe edición en italiano, Le origini dell’anno liturgico, Queriniana, Brescia 1991.

martes, 10 de noviembre de 2009

QUIÉN ES LA VIRGEN MARIA

QUIÉN ES LA VIRGEN MARIA

María, que en hebreo quiere decir "Señora" y según otros "Mar amargo", es la mujer con la cual se abre la promesa en la antigua alianza (Gn. 3:15) y con la cual cierra Simeón la antigua profecía (Lc. 2, 25-35).
Es la Mujer que ha tenido el mayor contacto con la Santísima Trinidad en la historia. El Padre la escoge entre todas las mujeres para ser madre de su hijo unigénito, el Espíritu Santo engendro un hijo en sus entrañas y la segunda persona tomo carne y sangre en su vientre.
Si por Eva entró el pecado en el mundo, por la Virgen María entró la salvación.
Tiene la misión de combatir contra el “dragón” y la “bestia” del mal en los tiempos finales según el Apocalipsis.


CUÁLES SON LOS DOGMAS MARIANOS

Los dogmas marianos proclamados por la Iglesia Católica Apostólica Romana son cuatro:
A) En el año 431, el Concilio de Efeso declaró a María Madre de Dios, Theotokos.
B) En el año 649 (dos siglos después) el Papa Martin I declaró su Virginidad Perpetua (antes, durante y después del parto).
C) Más de mil años después se proclamó el próximo dogma: la Inmaculada Concepción (1854), por el Papa Pío IX. Este dogma enseña que María fue siempre libre de pecado. No tuvo pecado original.
D) Un siglo después, el Papa Pio XII proclamó la Asunción de María (1950): Al final de su vida terrenal, la Madre de Jesús fue llevada a la gloria del cielo en cuerpo y alma.

A) MADRE DE JESÚS Y POR TANTO MADRE DE DIOS
María es Madre de Jesús quien es Dios y Hombre. Si negáramos su maternidad divina entonces también negaríamos que Jesucristo, su hijo, sea Dios.
Esta expresión, Madre de Dios, no dice que sea María quien por su engendramiento ha dado a Jesús su divinidad, sino que dice que María ha engendrado según la carne a aquel que es eternamente engendrado por Dios.

B) VIRGINIDAD PERPETUA DE MARÍA
La Iglesia afirma la doctrina de la virginidad perpetua de María Santísima. Esto significa que ella fue siempre virgen: antes, durante y después de dar a luz a Jesucristo.
La virginidad de María antes del parto está firmemente atestiguada por los evangelios de san Mateo y de san Lucas. Este último en su relato de la Anunciación insiste en que “el ángel Gabriel fue enviado por Dios... a una virgen... y el nombre de la virgen era María” (Lc 1,26-27). Mateo dice que en la concepción de Jesús se cumplió la profecía de Is 7,14 sobre la concepción virginal del Mesías (Mt 1,22-23) y que José no conoció a María “hasta que dio a luz un hijo” (Mt 1,25) con lo cual queda excluida cualquier relación carnal antes del nacimiento de Jesús.

C) MARÍA CONCEBIDA SIN PECADO
¿Cómo mantener la realidad pecadora de una madre, marcada como todo ser humano por el pecado original, y la realidad no pecadora de un niño como Jesús?.
El 8 de diciembre de 1854 el Papa Pío IX definió la fe de la Iglesia católica sobre la Inmaculada Concepción: “Desde el primer instante de su concepción, por la gracia y el privilegio de Dios todopoderoso, y en consideración de los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano, la Virgen María fue preservada intacta de mancha de pecado original”.
Por consiguiente, no solamente María no ha cometido pecado, sino que no ha sido alcanzada por el pecado original.

D) LA ASUNCIÓN DE MARÍA A LOS CIELOS
¿Cómo se terminó la vida terrestre de María?. El 1º de noviembre de 1950 el Papa Pío XII definió solemnemente, después de consulta a todos los obispos, que «la Inmaculada Madre de Dios, María siempre virgen, después de haber acabado el curso de su vida terrestre, ha sido elevada en cuerpo y alma a la gloria celestial.
Nada se dice sobre si María murió o no antes de haber sido elevada al cielo. Lo que se afirma es que su cuerpo no ha conocido la corrupción, no se ha degradado, sino que ha sido elevado a la gloria celestial.
Nótese también la diferencia entre la Ascensión, en la que Jesucristo resucitado de entre los muertos sube al cielo (Él es el actor de la acción), y la Asunción, en la que María es elevada al cielo por Dios (ella es pasiva, es Dios quien actúa).


MARIA REINA

El pueblo cristiano siempre ha reconocido a María Reina por ser madre del Rey de reyes y Señor de Señores. Su poder y sus atributos los recibe del Todopoderoso: Su Hijo, Jesucristo.
Es El quien la constituye Reina y Señora de todo lo creado, de los hombres, de los ángeles y para vencer a satanás.
María Santísima es Reina por ser la madre de Dios hecho hombre, El Mesías, El Rey universal.
Por ser la perfecta discípula que acompañó a Su Hijo desde el principio hasta el final, Cristo le otorga la corona.
El papa Juan Pablo II, en la audiencia del 23-7-97 dijo que "María es Reina no sólo porque es Madre de Dios, sino también porque (...) cooperó en la obra de la redención del género humano. (...). Asunta al cielo, María es asociada al poder de su Hijo y se dedica a la extensión del Reino, participando en la difusión de la gracia divina en el mundo".


MARÍA COOPERA EN NUESTRA SALVACIÓN

Esta cuestión divide a católicos y protestantes. Los católicos dicen que María, al convertirse en Madre de Dios, ha cooperado a la realización de nuestra salvación (por su escucha, su servicio de intercesión como en Caná, etc.).
Pero eso no significa sin embargo que María sea una segunda mediadora al lado de Cristo, como si añadiera alguna cosa a la obra de Él. María está en efecto, como nosotros, del lado de los salvados.


MARIA CORREDENTORA

Actualmente hay un movimiento que propone al Papa la aprobación del 5º dogma de María Corredentora. El título Mariano "Corredentora", se refiera a la participación única de María en la obra de nuestra redención llevada a cabo por Jesucristo. Es un paso más a su carácter de cooperadora en la salvación.
El término como ha sido usado por la Iglesia nunca pone a María en nivel de igualdad con Jesucristo, el divino redentor. Sin embargo, la libre y activa cooperación humana de la Madre de Jesús en la redención, particularmente en la Anunciación y en el Calvario, es correctamente reconocida por el magisterio y las enseñanzas papales del Concilio Vaticano Segundo –Ver "Lumen Gentium" Nos. 56, 57, 58 y 61-- y se convierte en un ejemplo preeminente de cómo el Cristiano está llamado a hacerse un "co-trabajador con Dios".


MARÍA MADRE DE LA FE, DE LA ESPERANZA Y DE LOS CREYENTES

María es mujer de fe, de esperanza y de caridad como ninguna otra criatura había sido antes ni jamás lo ha de ser.
En estos tiempos de general apostasía y de consecuente destrucción del hombre, la Madre de Dios nos asegura con su presencia el favor del cielo, la victoria de nuestro Señor sobre el pecado, sobre la muerte y sobre satanás. Ella viene a traernos la luz de Cristo. Ella viene a llevarnos a Cristo, Ella viene a defender a la Iglesia y a su Pastor. Su presencia continua reaviva y fortalece nuestra esperanza e ilumina nuestra fe.


MADRE DE LA IGLESIA


Los primeros cristianos han concedido mucho valor a la presencia de María al pie de la cruz de su hijo, Jesús. Se acuerdan de estas palabras dichas a Juan: «He ahí a tu madre» (Jn. 19,27).
La expresión Madre de la Iglesia no ha visto la luz hasta el fin del concilio Vaticano II. El Papa Pablo VI proclamó entonces a María Madre de la Iglesia, es decir Madre de sus fieles y de sus pastores.


MARÍA MEDIANERA DE TODS LAS GRACIAS

Todas las Gracias vienen a través de Maria porque Jesucristo El Salvador del mundo viene a través de ella. No hay mayor Gracia aparte de Jesús.
Todas las gracias vienen a nosotros a través de Maria porque su intercesión es un preámbulo a todas las gracias.


¿TUVO MARIA MÁS HIJOS?

En el evangelio de San Marcos, se mencionan cuatro hermanos de Jesús, Santiago, José, Judas y Simón los cuales nunca son llamados hijos de María.
La palabra hebrea "Aha" se utiliza como hermano, tío, primo, pariente; por ejemplo en Génesis 13, 8 se menciona a Lot como hermano de Abraham, sin embargo son tío y sobrino (Gen 12, 5). En el mismo evangelio de Marcos 15, 40 se nombran a José y Santiago hijos de María que en Juan 19, 25 se aclara que esta María era hermana (Aha) de la Madre de Jesús. En Hechos 1, 13 se mencionan a Simón y Judas como seguidores del Maestro.


MARIA ES CENTRO DE ATAQUE HOY EN DIA


Desde el Génesis fue profetizada "enemistad entre la Mujer y el demonio" (Gn. 12, 13-18). También esta escrito que el demonio les hará la guerra a los hijos de la Mujer. Esta es la razón por la cual María es centro de división entre los cristianos y los hijos de las tinieblas.
La gran promesa en Gn. 3, 15 dice que quienes vencerán a la descendencia de la serpiente son los hijos o descendencia de la Mujer. Nosotros somos la descendencia de la Mujer, esta Mujer es la Virgen María.
Los ataques a María provienen también desde dentro de la Iglesia Católica a través del “minimismo mariano”, que puede apreciarse cuando no se resalta a María como Reina ni los privilegios concedidos a la Santísima Virgen por haber sido creada para ser la Madre de Dios y asociada a Cristo para la obra de redención de la humanidad, y por el contrario, se la minimiza cuando se la relega solamente como madre fiel, acompañante de los discípulos, con gran capacidad orante, intercesora.


POR QUE LOS CATÓLICOS LE ORAN A MARIA

Realmente, toda oración cristiana no se dirige más que a Dios: sea al Padre, o a Jesucristo o al Espíritu Santo, o incluso a la Trinidad en cuanto tal.
Si recurrimos a María y a los santos en nuestra oración, es para pedirles ayuda, su intercesión ante Dios, su oración. Es lo que hacemos al pedir en el «Ave María» que «ruega por nosotros pecadores».
Nuestras oraciones dirigidas a María son en realidad oraciones dirigidas a Dios que es el único que puede escucharlas.
Siempre podemos alabar a María como lo han hecho antes de nosotros Lutero y otros reformadores.
María decía en su Magnificat: “Todas las generaciones me felicitarán” (Lc. 1,48). Nosotros la veneramos, alabando a Dios por ella y con ella. Como lo hizo el ángel en la Anunciación e Isabel en la Visitación.


CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

Nos consagramos al Inmaculado Corazón de María, porque Dios nos ha entregado a María como Madre y nos ha confiado a ella. Ella es pues responsable de velar por la salvación de todos sus hijos, de hacer que se acerquen a Jesús, que escuchen su Palabra, que vivan como hermanos. Jesús quiere que tengamos un corazón limpio, sencillo, humilde, inmaculado como el de su madre. Consagrarse a María significa ponernos en sus manos, a su servicio y disposición. Y Ella nos guiará hacia Jesús. Consagrarnos a Ella significa dejarse llevar sin condiciones, sabiendo que Ella conoce mejor el camino y que podemos dormir tranquilos en sus brazos de madre. Consagrarse a María significa vivir permanentemente en su Inmaculado Corazón, dentro del Corazón divino de Jesús. Es dejar que Ella actúe por medio de nosotros. Es como prestarle nuestra lengua para que hable por nosotros y nuestro corazón para que ame a los demás por nuestro medio.


LOS CATÓLICOS NO ADORAN A MARIA

La Iglesia no se cansa de proclamar que nosotros honramos a María como lo hacia Jesús y la proclamamos bendita, cumpliendo la profecía bíblica (Lc 1, 48) pero la adoración es única y propia de Dios y María es criatura.
A María se la venera o se le concede hiperdulía.


POR QUE LOS CATOLICOS REZAN EL ROSARIO SINO ESTA EN LA BIBLIA

No hay oración más Bíblica que el rosario, todos los misterios están en la Biblia, el Padrenuestro, también está en la Biblia y la primera parte del Ave María también. El Rosario es una oración más Bíblica que muchas que se hacen en algunas iglesias.
En cuanto a la repetición dice Mc 14, 39 que Jesús repetía muchas veces la misma oración, el rosario es una meditación en una oración.


MARÍA SE PRESENTA CON DIFERENTES ROSTRO Y VESTIDOS

Las advocaciones a María son múltiples pero siempre es la misma Virgen María la que se venera a través de Nuestra Señora del Carmen, la Virgen del Rosario o la Reina de la Paz de Medjugorje.
María presenta en cada advocación un perfil levemente distinto y a su vez cada advocación crece en un lugar geográfico e histórico que le da su originalidad.


MARÍA SE ESTA APARECIENDO

La Iglesia Católica y la Ortodoxa lo admiten desde el momento que han concluido que algunos fenómenos se deben a la presencia sobrenatural de la Virgen María a videntes.
La Iglesia Católica distingue entre apariciones públicas (en que estudia su veracidad) y privadas (en que el vidente así lo expresa), pero en ningún caso el fiel esta obligado a aceptarlas.
El estudio de una aparición puede llevar siglos hasta que la Iglesia aprueba o desaprueba; en mas del 90% de las apariciones estudiadas la Iglesia no se ha expedido y sólo una ínfima minoría son aprobadas o desaprobadas.
El Vaticano no aprueba las apariciones que están en curso y nunca aprueba los mensajes.
Los Obispos muchas veces permiten oficiar misa en los lugares de las apariciones, y muchas veces aunque hayan dicho públicamente que no hay evidencias que sea un fenómeno sobrenatural, con lo cual no niegan su autenticidad, sino expresan que no tiene pruebas irrefutables de ello.
Las contradicciones y los ataques son inherentes a las apariciones marianas, porque siempre que se está apareciendo María está actuando el demonio para destruir su obra.
El punto central para discernir si una aparición viene de María son los frutos que deja (conversión, obras, sanaciones), su guía hacia Jesús y una catequesis compatible con la de la Iglesia Católica.


ALGUNAS PERSONAS DICEN QUE LAS APARICIONES DE MARIA SON COSAS DEL DEMONIO

Falso, María según Apocalipsis 12, tiene la misión de anunciar la segunda venida de Cristo, en las apariciones María no trae al mundo mensajes propios, trae un mensaje Evangélico de conversión, arrepentimiento y retorno a las Escrituras.
El demonio no puede predicar conversión a Jesús, y los frutos de Paz, conversión y alegría que se ven en las personas que asisten a estos eventos no pueden venir del maligno.
Dice la Escritura que atribuir al demonio las obras de Dios es pecado contra el Espíritu Santo y este no se perdona (Mt 12, 22-32).




sábado, 7 de noviembre de 2009

Madre del Pueblo Zuliano, Virgen de Chiquinquirá


La Virgen de Chiquinquirá es patrimonio cultural y religioso de Colombia y Venezuela.

En Colombia la imagen descansa en la Basílica de Chiquinquirá donde acuden miles de peregrinos no solo en el día de su fiesta patronal el 9 de Julio sino todos los domingos donde se celebran las misas y procesiones.

En Venezuela la imagen descansa en la Basílica de Maracaibo. Una vez al año, el 18 de noviembre, comienza la Feria de la Chinita (como se le llama) y se realizan misas y procesiones en honor a la Virgen.


HISTORIA DE LA APARICIÓN EN COLOMBIA

El 28 de febrero de 1529 llegan a Santa Marta los españoles García de Larma, que viene como gobernador, Antonio de Santana y 19 Frailes Dominicos como misioneros y evangelizadores.

En 1540, Antonio de Santana viaja al interior de Colombia, estableciéndose en Tunja, y en 1560 es nombrado encomendadero de los asentamientos indígenas de Suta y Chiquinquirá, como buen católico y muy devoto del Santo Rosario, hace construir en el caserío de Suta una capilla dedicada a la Virgen del Rosario, encargando al Dominico cooperador Fray Andrés Jadraque, misionero también en estas tierras, que se procurara de una imagen de la Virgen del Rosario.

El fraile acudió al pintor Alonso de Narváez, residente en Tunja y éste pintó en una tela de algodón de 114 cm x 128 cm -con la técnica al temple a base de tinturas extraídas de plantas y tierra de colores-; en el centro de la tela puso la imagen de Nuestra Señora del Rosario, y al lado derecho a San Antonio de Padua y al lado izquierdo al Apóstol San Andrés.

Una vez terminado el cuadro (1562) fue llevado al caserío de Suta y colocado en la capilla que Antonio de Santana había levantado. Como ésta había sido construida con bahareque y paja, pronto se deterioró; de esta manera el cuadro quedó expuesto a las inclemencias del viento, del sol y de la lluvia, generando así un deterioro del mismo, al punto de llegar a perder el color y presentar roturas y agujeros.

En 1578, llega a Suta el doctrinero presbítero Juan Alemán de Leguizamón y ordena retirar de la capilla el cuadro por estar en avanzado estado de deterioro y lo reemplaza con un Cristo en la Cruz; Catalina García de Irlos, esposa de Antonio de Santana, lo traslada al caserío de Chiquinquirá como un utensilio cualquiera.


LA LLEGADA DEL LIENZO A CHIQUINQUIRÁ

Chiquinquirá se halla sobre el valle de Saravita, en la zona central de Colombia. Su nombre significa lugar de adoración a los dioses, aunque también significa, en el idioma muisca, ‘lugar de la niebla’, dada la crudeza del clima y la frecuente y espesa neblina que la cubría. Se dice que los mismos indígenas lo rechazaban como sitio de habitación, irritados por el frío continuo y extremado.

En 1584 llega a Tunja Pedro Santana, sobrino de Antonio de Santana. Un año después llega también su esposa María Ramos con sus dos hijos, su cuñado y una criada, pero al encontrar a su esposo conviviendo con otra mujer, Maria Ramos toma a sus dos hijos y se va a Chiquinquirá donde son acogidos por Catalina García de Irlos ya viuda de Antonio de Santana desde 1582.

Esta María Ramos era fervorosa y deseaba hallar paz a su desasosiego, solicitó a Catalina García le enseñase un lugar en donde orar a su placer, y ésta le señaló la capilla donde el lienzo de la Virgen se hallaba desbaratado y sucio.

María Ramos observa que el cuadro estaba abandonado y que sólo era utilizado para secar trigo, también le conmueve el hecho de que el oratorio estaba en total abandono. Entonces se puso a la tarea de recuperarlo y, sabiendo que en aquel lienzo había pintada la imagen de la Virgen, ella misma se dio a componerlo y lo colocarlo en alto sobre el altar.

Esta piadosa mujer se conmovía ya que no podía ver con nitidez ni identificar entre las líneas de la pintura la imagen de la Virgen, a tal punto que en sus oraciones matutinas siempre clamaba diciendo: ¿Hasta cuándo, Rosa del cielo, habéis de estar tan escondida?. ¿Cuándo será el día en que os manifestéis y te dejéis ver al descubierto para que mis ojos se regalen en vuestra soberana hermosura, que llena de gusto y alegría mi alma?.


EL MILAGRO DE LA APARICIÓN

El viernes 26 de diciembre de 1586, a las nueve de la mañana, después de haber estado más de dos horas en oración, María Ramos se levantó de su asiento para salir de la capilla; en aquel momento pasaba por la puerta de la capilla una india, llamada Isabel, con un niño de la mano llamado Miguel, y el niño dijo "Mire, mire".

Miró Isabel hacia el altar de la capilla y vio que la imagen de Nuestra Señora estaba en el suelo, de pie y despedía una luz que llenaba de claridad toda la capilla. Llena de asombro dijo en alta voz a María Ramos, que iba saliendo del oratorio: "Mire, mire señora, que la Madre de Dios se ha bajado de su sitio y está en vuestro asiento y parece que se está quemando"

María Ramos quedó admirada de ver tan estupendo prodigio, llena de asombro se dirigió llorando hacía el altar y se arrojó a los pies de la Santísima Virgen; con mucho temor puso los ojos en ella y vio cumplidos sus deseos, pues estaba patente la imagen de la Madre de Dios -un poco inclinada hacia al altar en el mismo sitio en que la piadosa María Ramos solía estar de rodillas- con una hermosura sin igual y con unos colores muy vivos y despedía de sí grandes resplandores que bañaban de luz a los santos que tenía a los lados y llenaba de claridad toda la capilla. Tenía el rostro muy encendido. Toda la pintura estaba renovada completamente.

Llegaron a esta altura Juana de Santana, Catalina García de Yrlos y Ana Domínguez, entre todas devolvieron el cuadro a su sitio y corrieron a dar la voz de milagro. La renovación del lienzo fue testimoniada por todos aquellos que habían tratado con él, y las comisiones enviadas por el arzobispo Zapata de Cárdenas, los padres Juan de Figueredo, de Suta; Gerónimo de Sandoval, de Villa de Leyva, y los funcionarios Diego López de Castiblanco y Andrés Rodríguez ratificaron, el 10 de enero de 1587 y el 12 de septiembre del mismo año, la autenticidad del milagro. Las pruebas se fueron sumando una a otra hasta no quedar vestigio de duda posible, y se dio comienzo al culto milagroso de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá.


CONSTRUCCION DEL TEMPLO

Los indios Cocas construyeron una capilla en paja y bahareque donde empezaron a venerar dicha imagen. En vista de las grandes romerías que acudían al lugar el arzobispo de Bogotá, Luís Zapata de Cárdenas ordenó en 1597 construir un templo mayor en el sitio donde se renovó la imagen.

El 30 de Mayo de 1636, el santuario es entregado a los frailes dominicos, quienes desde entonces vienen manteniendo el culto a la Santísima Virgen de Chiquinquirá. En 1643 el pintor Acero de la Cruz reprodujo la imagen que se encuentra en la nave lateral del templo que se utiliza en las procesiones.

En vista de que los templos construidos en el lugar donde se renovó la imagen se caían, el arquitecto recomendó construir el templo en la parte alta en piso mas firme. En Enero de 1796 se inició la construcción de la actual Basílica, donde fue colocada la imagen en 1813. En 1815 las joyas que los peregrinos habían ofrecido a la Virgen se donaron para auxiliar a las tropas patriotas.

En 1823 el Obispo Lasso de la Vega consagra la Basílica. En 1829 el Papa Pío VIII aprueba el Oficio Divino a Nuestra Señora. En 1910 el Papa Pío X decretó la coronación que se efectuó el 9 de Julio de 1919 en Bogotá. El 18 de Agosto de 1927 Pío XI declaró el templo Basílica Menor.

El 9 de Julio de 1944 le colocan el cetro que ostenta en la mano la imagen de María. En 1955 el presidente Gustavo Rojas Pinilla le impuso la cruz de Boyacá que aparece en la parte alta lado izquierdo del cuadro. En 1960 el Nuncio, Monseñor José Paupini trajo el cirio que envió el Papa Juan XXIII para que ardiera al pie de la imagen implorando el éxito del Concilio Vaticano II.

El 29 de Julio de 1967 un temblor semidestruyó la Basílica, la imagen se trasladó al patio del convento de los dominicos donde permaneció mientras se reconstruyó el templo. El 9 de Julio de 1969 la imagen vuelve a su trono y le colocan una media luna de plata en sus pies.

El 3 de Julio de 1986 el Papa Juan Pablo II visita el Santuario y oró a los pies de la Virgen María por la paz de Colombia y consagró Colombia a la advocación de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.

En 1986 el presidente Belisario Betancur ordenó hacer a la imagen un examen radiológico para constatar su autenticidad y antigüedad. Resultado que dio positivo.

El 9 de Julio de 1999 la imagen fue llevada por última vez a Bogotá para presidir la oración por la paz.


ROMERIAS A LA VIRGEN DE CHIQUINQUIRA EN COLOMBIA

La devoción de la gente por esta imagen se evidencia en múltiples acontecimientos, que van desde las tradicionales "romerías" o grandes peregrinaciones hechas al lugar, pasando por la música popular, hasta hechos históricos protagonizados por personajes como virreyes, obispos y políticos, comenzando con el mismo Simón Bolívar, quien no sólo recibió para su Campaña Libertadora los tesoros y joyas del cuadro, sino que él mismo fue en varias ocasiones a orar por el éxito de su empresa.

Se iniciaron en los finales del siglo XVI. En los siglos del coloniaje, las romerías a Chiquinquirá rompieron las barreras locales, e hicieron que los indios peregrinos, en vez de tomar la vía a Guatavita o Sogamoso a adorar sus propios dioses, expresaran su fe cristiana en Chiquinquirá.

En la romería de diciembre, Chiquinquirá recibe la visita de los promeseros de Boyacá y otros departamentos, quienes llegan a rendirle a la Virgen Milagrosa su homenaje de gratitud y fe. Grupos típicos de promeseros se concentraban en las calles y plazas, y he allí al pueblo en la expresión de su auténtico folklore: tiples y guitarras, torbellinos, coplas y alegría de fiesta.

La romería, para un campesino boyacense, es la meta de esperanza para la solución de sus problemas, de allí la "promesa" o "manda", es la oportunidad de manifestar sus sentimientos y actitudes religiosas con su familia, amigos y vecinos.


VIRGEN DE CHIQUINQUIRA EN VENEZUELA: LA CHINITA


En el país vecino, Venezuela, también se venera a la Virgen de Chiquinquirá porque se apareció en Maracaibo.

Según la tradición venezolana, un día del año 1749, una humilde mujer de oficio lavandera, fue a lavar su ropa al borde del lago de Maracaibo. Enseguida, vio flotando sobre las aguas una tabla de madera que se llevó a su casa pensando que ella podría servirle para cubrir la jarra de agua ella tenía en el corredor de su casa.

Al día siguiente en su casa, la viejecita observó que en la tabla se reflejaba la silueta de la imagen sagrada de una Virgen con rasgos indígenas, lo cual motivó que la colgara en una pared.


El lunes 18 de noviembre se sintieron tres veces unos golpes y ruidos extraños, la viejecita corrió hacia la habitación donde se encontraba la tablita y la vio toda resplandeciente, iluminada con luces que se difundían como un arco iris y en ella se veía claro el rostro de Nuestra Señora de Chiquinquirá. Entonces cayó de rodillas y exclamó: ¡Milagro! ¡Milagro!.

La mujer corrió por la calle anunciando el milagro y numerosas personas fueron a presenciar el prodigio. La casa de la humilde mujer se transforma rápidamente en un lugar de devoción, consagrada a la Virgen, y de ahí proviene el nombre de El Milagro a la actual avenida junto al lago donde estaba la casa de la lavandera.

Poco tiempo después las autoridades de Maracaibo deciden transferir la imagen milagrosa a la catedral pero en el camino, durante la procesión, la tabla se vuelve tan pesada que los dos hombres que la cargaban no podían avanzar. Todos los esfuerzos serían inútiles, hasta que uno de los asistentes, por inspiración divina, sugiere que tal vez la Virgen no deseaba ser llevada a la catedral sino más bien a la iglesia dedicada a San Juan de Dios. En cuanto tomaron la nueva dirección la imagen recuperó su peso normal y la procesión pudo continuar.

El 18 de mayo de 1920, el Papa Benedicto XV designa a la iglesia de San Juan de Dios como Basílica Menor; 193 años después del milagro, el 18 de noviembre de 1942, la Iglesia declara canónicamente el retablo de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá de Maracaibo e instaura ese día el de su festividad anual.

Todos los 18 de noviembre, y desde hace cuarenta años, Maracaibo y el estado Zulia en general, han venido celebrando la Feria de la Chinita, fecha que se ha convertido a partir de ese entonces, en ocasión de fiestas para los fieles del pueblo zuliano y sus alrededores, sin que ninguna ley eclesiástica o civil lo haya decretado.

Con el alumbrado de las luces de la avenida Bella Vista, música al son de la gaita, fuegos artificiales que alumbran el cielo marabino, con chimbangles que retumban sus tambores, bandas orquestales en todo un marco de feria, acompañan a la virgen en su recorrido por las calles donde se dice ocurrió el milagro.

Las celebraciones en honor a la Chinita, dejaron de ser las modestas fiestas patronales del pasado para adquirir las características internacionales de festejo de gran complejidad donde confluyen eventos religiosos y populares, todos reunidos bajo el nombre da la Feria Internacional de la Chinita.

El 18 de noviembre, día central de la celebración de la Feria, se oficia una misa pontifica y la procesión corta. A la par se desarrolla el juego de béisbol copa Virgen de la Chinita, actividad deportiva muy frecuentada por la fanaticada zuliana. A la semana siguiente se realiza la procesión de la aurora y en ella se saca la imagen de la basílica a las 3.00 de la madrugada, para que junto a su pueblo reciba el día en la calle. Finalmente, el domingo siguiente se restituye la Virgen en el altar.

Matrimonio Calatrava-Urruzuno , 17.10.2009



El pasado 17 de Octubre, nuestra comunidad parroquial tuvo la alegría de realizar el Sacramento del Matrimonio del Sr. Ricardo Jose Calatrava Chacín. conla Srta. Katalina Rita Urruzuno Mugarra, rodeados de sus padres, familiares y amigos.