jueves, 10 de diciembre de 2009

Vivir el Adviento en Familia


El Concilio Vaticano II en la declaración sobre la educación Cristiana de la juventud nos recuerda que "puesto que los padres han dado la vida a los hijos, tienen la gravísima obligación de educar a la prole y por tanto hay que reconocerlos como los primeros y principales educadores de sus hijos. Es pues, deber de los padres crear un ambiente de familia animado por el amor, por la piedad hacia Dios y hacia los hombres, que favorezca la educación integral, personal y social de los hijos".

Muy a propósito de lo expresado en este texto, resulta oportuno aprovechar este tiempo de adviento que por cierto ya hemos iniciado, para poner en práctica lo que nos sugiere el Concilio, me refiero al hecho de asumir con verdadera ilusión la tarea de vivir en familia el sentido del adviento, y es que no hay nada mejor que enseñar a nuestros hijos con el ejemplo, pienso que lo que más impacta en la vida de los hijos son aquellas experiencias de vida que finalmente quedan grabadas por su trascendencia y por el amor con que van cargadas.

El ver los hijos a los padres orar juntos, preparar juntos los detalles de la ambientación del hogar, van logrando que con el paso del tiempo, sean luego los hijos quienes quieran vivir paso a paso el correr de este tiempo que busca prepararnos a vivir con profundo sentido cristiano la alegría del nacimiento de un Dios que es por sobretodo amor.

El adviento debemos vivirlo con alegría e ilusión, es más, debemos vivirlo dentro de un clima de oración que nos permita, al igual que la Virgen María aguardar con profunda confianza la llegada del Emmanuel.

Dios quiera que tomados de la mano de Santa María, sea ella nuestra guía en este camino al Padre , nadie mejor que ella para ayudarnos a vivir con sentido de familia este nuevo adviento, no olvidemos lo que a este propósito nos recordaba el Papa Pablo VI, en Marialis Cultus, 3-4: "Los fieles que viven con la liturgia el espíritu del Adviento, al considerar el inefable amor con que la Virgen Madre esperó al Hijo, se sentirán animados a tomarla como modelo y a prepararse, "velando en oración y cantando en alabanza para salir al encuentro del Salvador que viene"

"Celebrar la misericordia. ‘Dejaos reconciliar con Dios’".


El tiempo de Adviento que ya estamos viviendo, constituye una etapa muy especial en la vida del creyente, puesto que nos da la posibilidad de celebrar de verdad la misericordia de un Dios que siempre está dispuesto a acogernos, claro que en esto juega mucho el hecho de querer dejarnos reconciliar.

San Pablo en su segunda carta a los Corintios (2 Cor. 5, 20) nos invita a dejarnos reconciliar con Dios, y es que en verdad de esto se trata todo, de querer buscar el perdón de Dios , toda vez que constituye el punto de partida para el cambio de vida, tan necesario para lograr alcanzar esa vida buena a la que Dios nos llama.

¿Pero cómo lograr de verdad vivir según el querer de Dios? … la respuesta es sencilla, tratando de descubrir día tras día aquella verdad que Dios Padre a través de su hijo Jesucristo nos ha revelado; lamentablemente nos hemos alejado de la verdad real que es Dios, para ir tras un a verdad muy a nuestra medida, la cual nos termina apartando de aquel que debería ser el centro de nuestra vida.

Es por este motivo que el Papa Benedicto XVI, manifiesta que “En nuestro tiempo una de las prioridades pastorales es sin duda formar rectamente la conciencia de los creyentes porque… en la medida en que se pierde el sentido del pecado, aumentan los sentimientos de culpa, que se quisiera eliminar con remedios paliativos insuficientes. A la formación de las conciencias contribuyen múltiples y valiosos instrumentos espirituales y pastorales que es preciso valorar cada vez más" Y añadía: "Como todos los sacramentos, también el de la Penitencia requiere una catequesis previa y una catequesis mistagógica para profundizar el sacramento per ritus et preces… Además de la catequesis hace falta un sabio uso de la predicación, que en la historia de la Iglesia ha asumido formas diversas según la mentalidad y las necesidades pastorales de los fieles" (ibídem).

Junto a una adecuada formación de la conciencia moral y una madurez de vida y celebración del sacramento, se necesita favorecer en los fieles la experiencia del acompañamiento espiritual. Precisamente por este motivo, seguía observando el Papa, hoy "se necesitan ‘maestros de espíritu’ sabios y santos", exhortando a los sacerdotes a "mantener siempre viva en sí mismos la conciencia de que deben ser ‘ministros’ dignos de la misericordia divina y educadores responsables de las conciencias", inspirándose en el ejemplo del cura de Ars, san Juan María Vianney, de quien precisamente en este año recordamos el 150 aniversario de su fallecimiento (Cf. ibídem).

Que estos cuatro domingos de adviento nos ayuden a encontrarnos y a encontrar de verdad el camino que nos lleve a lograr que Jesús niño nazca en nuestros corazones.

¿Y porqué faltar a misa el domingo es pecado?




¿Y porqué faltar a misa el domingo es pecado?
La participación en la celebración común de la eucaristía dominical es un testimonio de pertenencia y fidelidad a Cristo y a su Iglesia.
Autor: P. Eduardo María Volpacchio | Fuente:

¿Es pecado faltar a Misa el domingo?
La respuesta a esta pregunta podría ser muy corta:
Sí, faltar a Misa -sin un motivo serio que lo justifique- es pecado grave.

Quizá interese detenernos un poco a analizar porque esto es así.

¿Y por qué faltar a Misa el domingo es un pecado?

Porque dejando de asistir dejamos de cumplir voluntariamente una obligación grave que tenemos. Y el incumplimiento de un deber grave, es una falta grave. Por eso el punto de partida de esta cuestión es la consideración de la ley de la Iglesia que manda participar en la Misa los domingos y días festivos.

¿Por qué puede ser pecado, si quien falta a Misa no hace mal a nadie?

La gravedad de los pecados no se mide por cuánto mal hace a otros, sino por la ofensa que representa a Dios. Por eso, por ejemplo la blasfemia es un pecado grave, aunque ninguna otra persona la escuche. Por otro lado quien falta a Misa el domingo se hace daño a sí mismo y a la Comunidad eclesial a la que pertenece. La falta de Dios es una carencia peligrosa: hace daño al alma.

¿Cuáles son las obligaciones del católico?

Los católicos, además de los Diez Mandamientos que resumen la ley natural y que son válidos para todos los hombres -no sólo para los cristianos-, tenemos otras obligaciones específicas por serlo: son los cinco Mandamientos de la Iglesia. Se trata de algunos deberes que regulan y encauzan la forma concreta de ser católicos: cómo nosotros amamos a Dios y le rendimos culto en la Iglesia. Entre ellos se encuentra la obligación de participar en la Santa Misa los domingos y fiestas de precepto. Es una de las obligaciones más básicas de los católicos. Sorprendentemente algunos católicos desconocen sus obligaciones. Y otros no acaban de creerse que existan verdaderos deberes que los obliguen. Piensan que por ser el amor la máxima ley cristiana, todo tendría que ser amor espontáneo, sin obligaciones. Pero esto no es así, ya que el amor es muy exigente: cuánto más amor, más exigencia de manifestarlo y de evitar todo lo que lo ofenda.

¿Es un consejo o es una ley?

Es importante distinguir los consejos y las leyes. Una cosa son las recomendaciones de cosas buenas que nos dan para ayudarnos a ser mejores: “procura ayudar a los demás”, “trata de rezar el Rosario”, etc. En este caso haremos lo que nos parezca oportuno, pero sin estar obligados en conciencia a seguir dichos consejos. Obviamente no pecamos, si decidimos no seguir un consejo.

Otra muy distinta son las leyes que nos obligan en conciencia: las leyes establecen estrictos deberes.
Entonces, ¿el incumplimiento de las leyes es pecado?
Tenemos que distinguir entre la ley divina -que viene directamente de Dios- y la ley eclesiástica -dictada por la Iglesia para concretar modos de servir y honrar a Dios.

La ley divina regula cuestiones esenciales de la vida, por lo que no admite excepciones: su incumplimiento siempre es malo, no puede no ser pecado. Es el caso de los Diez Mandamientos.
En cambio, la ley eclesiástica trata de unas concreciones mínimas de la Iglesia para ayudarnos a vivir la vida cristiana y no tiene intención de obligar cuando existe una grave dificultad para cumplirla. Por esto la ley eclesiástica no me obliga cuando su cumplimiento me representa una incomodidad grave: si un domingo estoy enfermo o tengo otra dificultad que me lo hace muy difícil no tengo obligación de ir a Misa. Pero en situaciones normales obliga de tal manera que su incumplimiento es pecado. Porque el desprecio de la ley de la Iglesia no puede ser bueno. Y no darle importancia, dejar voluntariamente de cumplirla, sin motivo, supone de hecho un desprecio.
Como no es una cuestión de opiniones personales, sino de lo establecido por la Iglesia, que es quien ha establecido las leyes eclesiásticas.

Veamos ahora qué nos enseña el Catecismo de la Iglesia Católica acerca de estos mandamientos (he resaltado con negrita las partes específicas sobre este tema).

LOS MANDAMIENTOS DE LA IGLESIA

2041 Los mandamientos de la Iglesia se sitúan en esta línea de una vida moral ligada a la vida litúrgica y que se alimenta de ella. El carácter obligatorio de estas leyes positivas promulgadas por la autoridad eclesiástica tiene por fin garantizar a los fieles el mínimo indispensable en el espíritu de oración y en el esfuerzo moral, en el crecimiento del amor de Dios y del prójimo. Los mandamientos más generales de la santa Madre Iglesia son cinco:

2042 El primer mandamiento (oír misa entera y los domingos y demás fiestas de precepto y no realizar trabajos serviles") exige a los fieles que santifiquen el día en el cual se conmemora la Resurrección del Señor y las fiestas litúrgicas principales en honor de los misterios del Señor, de la Santísima Virgen María y de los santos, en primer lugar participando en la celebración eucarística, y descansando de aquellos trabajos y ocupaciones que puedan impedir esa santificación de estos días (cf CIC can. 1246-1248; CCEO, can. 880, § 3; 881, §§ 1. 2. 4).

El segundo mandamiento ("confesar los pecados mortales al menos una vez al año") asegura la preparación para la Eucaristía mediante la recepción del sacramento de la Reconciliación, que continúa la obra de conversión y de perdón del Bautismo (cf CIC can. 989; CCEO can.719).

El tercer mandamiento ("recibir el sacramento de la Eucaristía al menos por Pascua") garantiza un mínimo en la recepción del Cuerpo y la Sangre del Señor en conexión con el tiempo de Pascua, origen y centro de la liturgia cristiana (cf CIC can. 920; CCEO can. 708. 881, § 3).

2043 El cuarto mandamiento (abstenerse de comer carne y ayunar en los días establecidos por la Iglesia) asegura los tiempos de ascesis y de penitencia que nos preparan para las fiestas litúrgicas y para adquirir el dominio sobre nuestros instintos, y la libertad del corazón (cf CIC can. 1249-51; CCEO can. 882).

El quinto mandamiento (ayudar a las necesidades de la Iglesia) enuncia que los fieles están además obligados a ayudar, cada uno según su posibilidad, a las necesidades materiales de la Iglesia (cf CIC can. 222; CCEO, can. 25. Las Conferencias Episcopales pueden además establecer otros preceptos eclesiásticos para el propio territorio. Cf CIC, can. 455).

Y en concreto, sobre la Misa dominical, señala:

2177 La celebración dominical del Día y de la Eucaristía del Señor tiene un papel principalísimo en la vida de la Iglesia. "El domingo en el que se celebra el misterio pascual, por tradición apostólica, ha de observarse en toda la Iglesia como fiesta primordial de precepto" (CIC, can. 1246,1).

"Igualmente deben observarse los días de Navidad, Epifanía, Ascensión, Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, Santa María Madre de Dios, Inmaculada Concepción y Asunción, San José, Santos Apóstoles Pedro y Pablo y, finalmente, todos los Santos" (CIC, can. 1246,1).

2178 Esta práctica de la asamblea cristiana se remonta a los comienzos de la edad apostólica (cf Hch 2,42-46; 1 Co 11,17). La carta a los Hebreos dice: "no abandonéis vuestra asamblea, como algunos acostumbran hacerlo, antes bien, animaos mutuamente" (Hb 10,25).

La tradición conserva el recuerdo de una exhortación siempre actual: "Venir temprano a la Iglesia, acercarse al Señor y confesar sus pecados, arrepentirse en la oración…Asistir a la sagrada y divina liturgia, acabar su oración y no marchar antes de la despedida…Lo hemos dicho con frecuencia: este día os es dado para la oración y el descanso. Es el día que ha hecho el Señor. En él exultamos y nos gozamos (Autor anónimo, serm. dom.).

La obligación del Domingo

2180 El mandamiento de la Iglesia determina y precisa la ley del Señor: "El domingo y las demás fiestas de precepto los fieles tienen obligación de participar en la Misa" (CIC, can. 1247). "Cumple el precepto de participar en la Misa quien asiste a ella, dondequiera que se celebre en un rito católico, tanto el día de la fiesta como el día anterior por la tarde" (CIC, can. 1248,1)


2181 La eucaristía del Domingo fundamenta y ratifica toda la práctica cristiana. Por eso los fieles están obligados a participar en la eucaristía los días de precepto, a no ser que estén excusados por una razón seria (por ejemplo, enfermedad, el cuidado de niños pequeños) o dispensados por su pastor propio (cf CIC, can. 1245). Los que deliberadamente faltan a esta obligación cometen un pecado grave.

2182 La participación en la celebración común de la eucaristía dominical es un testimonio de pertenencia y de fidelidad a Cristo y a su Iglesia. Los fieles proclaman así su comunión en la fe y la caridad. Testimonian a la vez la santidad de Dios y su esperanza de la salvación. Se reconfortan mutuamente, guiados por el Espíritu Santo.

2183 "Cuando falta el ministro sagrado u otra causa grave hace imposible la participación en la celebración eucarística, se recomienda vivamente que los fieles participen en la liturgia de la palabra, si ésta se celebra en la iglesia parroquial o en otro lugar sagrado conforme a lo prescrito por el Obispo diocesano, o permanezcan en oración durante un tiempo conveniente, solos o en familia, o, si es oportuno, en grupos de familias" (CIC, can. 1248,2).

Como se ve el Catecismo no deja lugar a dudas. Todo lo que se sale de esto, será una opinión personal al margen de lo establecido por la Iglesia.

lunes, 7 de diciembre de 2009

VIRGEN DE GUADALUPE: LOS DESCUBRIMIENTOS SIN EXPLICACION CIENTÍFICA


Mas allá del fenómeno religioso de la Aparición a Juan Diego, hay una serie de descubrimientos en la tela de la tilma, en que esta grabada la imagen de la Virgen María, que no tienen explicación científica cuando han pasado mas de 475 años, y que refuerzan la sobrenaturalidad del suceso.

La imagen está grabada sobre un tejido de ayate hecho con fibra de maguey sin preparar. Es un tejido burdo. Incluso se ve a trasluz el movimiento de un brazo, como a través del enrejado de una celosía. Es transparente a pesar de lo grueso que es el hilo...


Sus dimensiones son 104 x 170 centímetros, y está formada por dos partes unidas en el medio por una burda costura vertical, efectuada con un hilo de maguey.


LA CONSERVACION DEL AYATE

Lo primero que llama la atención de los expertos en textiles es que una tela de ayate se descompone por putrefacción en veinte años o menos. Sin embargo el ayate de la imagen ha resistido mas de 475 años en perfecto estado de conservación. En el siglo XVIII se hizo una réplica lo más parecida al original y se pudo comprobar que el poncho confeccionado con las mismas fibras de maguey se hizo polvo en sólo 15 años. La conservación de casi 500 años de la tilma original es un verdadero fenómeno inexplicable.

La imagen de la Virgen de Guadalupe estuvo 120 años expuesta a las inclemencias del ambiente, sin protección alguna contra el polvo, la humedad, el calor, el humo de las velas y el continuo roce de miles y miles de objetos que fueron tocados a la venerada imagen, además del constante contacto de manos y besos de innumerables peregrinos. Todo esto sin que se haya deshilachado ni desteñido su bella policromía.


NO TIENE PRESERVANTES NI PREPARADO

Se podría pensar que la tela ha resistido tanto porque la habrían encolado y preparado de manera especial como a otras pinturas famosas, para que tuviera gran resistencia. Pero el Señor Callaghan, del instituto espacial NASA de Estados Unidos, la ha estudiado con aparatos de rayos infrarrojos y ha descubierto que la tela no tiene ningún engomado ni preservativos, y que no se puede explicar cómo esa imagen ha resistido cuatro siglos en un lienzo tan ordinario.


TIENE LA TEMPERATURA DEL CUERPO HUMANO

La tilma de Juan Diego está colocada sobre una placa metálica, cuya temperatura oscila alrededor de los quince grados centígrados, mientras que la tilma se mantiene constantemente a treinta y seis grados y medio, que es la temperatura de un cuerpo humano sano.


NO LE AFECTA EL ACIDO NÍTRICO

En 1791, tuvo lugar un accidente que evidenció otras sorpresas. Algunos trabajadores encargados de limpiar el marco de oro en el que en 1777 había sido encerrada la tilma, tenían que usar una solución acuosa de ácido nítrico al 50%. Pero mientras llevaban a cabo el trabajo, sin darse cuenta dejaron caer el líquido sobre la tela. Según las leyes químicas, aquel líquido habría provocado un daño irreparable.

El ácido nítrico, en contacto con las proteínas presentes en los tejidos de origen animal o vegetal, les da un característico color amarillo y disgrega la celulosa. Pero en aquel caso no sucedió nada de esto. El líquido caído en la tilma se evaporó, dejando una débil mancha que con el tiempo desapareció totalmente.


LA TELA REPELE EL POLVO

En aquella ocasión se observó otra sorprendente característica: en la tilma no había ni rastro de polvo ni de insectos vivos o muertos. El cuadro de la Virgen repelía el polvo y los insectos. Este curiosísimo e inexplicable fenómeno, se ha constatado todas las veces que se han hecho investigaciones en este sentido.


NO SE CONOCE EL ORIGEN DE LOS COLORANTES

Pero los resultados más desconcertantes llegaron no hace mucho tiempo. En 1936 el profesor Richard Kuhn, director de la sección de química del Kaiser Wilhelm Institut de Heidelberg, que dos años más tarde, en 1938, obtuvo el premio Nobel de Química, tuvo la posibilidad de examinar dos hilos, uno rojo y uno amarillo provenientes de fragmentos de la tilma de Juan Diego. El resultado de los análisis, llevados a cabo con las técnicas más sofisticadas disponibles en aquel momento, demostraron que en las fibras no había restos de colorantes, ni vegetales, ni animales ni minerales.

A lo largo de los siglos, se hicieron añadidos pictóricos alrededor de la imagen primitiva de la Virgen. Estos añadidos se agrietaron y perdieron color, mientras que la imagen ha quedado siempre intacta, con los colores vivos que parecen frescos.


NO LE AFECTÓ UNA BOMBA PUESTA PARA DESTRUIRLA

Entre los prodigios de la Virgen de Guadalupe llama la atención el ocurrido el 14 de noviembre de 1921, a las 10:30 de la mañana, cuando Luciano Pérez Carpio subió «devoto» al altar y colocó a los pies de la Virgen de Guadalupe un enorme ramo de flores en el que escondida llevaba una poderosa bomba.

Los efectos de la explosión fueron aparatosos: destruyó las gradas de mármol del altar que sostenía la imagen, hizo volar por los aires los pesados candelabros, retorció un gran crucifijo de metal que todavía se exhibe en ese estado, convirtió en polvo jarrones, floreros y vidrios de casas cercanas a la basílica, y el cristal de un cuadro de San Juan colgado detrás de la Virgen de Guadalupe. Prodigiosamente la imagen de la Virgen de Guadalupe no recibió ni un rasguño. Más aún, quedó intacto el cristal que la protegía. Y entonces no había cristales antibala.


IMAGEN SIN ESBOZO PREVIO NI RASTROS DE PINCEL

Con rayos infrarrojos se ha descubierto que la imagen no tiene esbozos previos -como se ve en los cuadros de Rubens y Tiziano-, sino que fue plasmada directamente, tal cual se la ve, sin tanteos ni rectificaciones. Tampoco había rastros de pincel.

En 1751 se llevaron a cabo investigaciones por parte de siete pintores famosos, a la cabeza de los cuales estaba Miguel Cabrera, y también constataron que el cuadro no había sido pintado por una mano humana. Los colores estaban como ‘incorporados’ a la trama de la tela. No hay rastros de pinceladas.


LA PINTURA ESTA SUSPENDIDA EN EL AIRE

El 7 de mayo de 1979 los científicos Jody Brand Smith, profesor de estética y de filosofía en el Pensacola College, y Phillip Serna Callahan, biofísico de la Universidad de Florida y especialista en pintura y miembros de la NASA, analizan la tilma sin encontrar pintura en el original de la imagen. Prueban que no es fotografía pues no ha se ha impresionado al tejido. Al acercarse a ver la tela a menos de 10 centímetros, no se ve nada más que las fibras del manto, los colores ya no son visibles, desaparecen. Es imprescindible alejarse para ver la imagen de María.

Los científicos de la NASA descubren también que al pasar un rayo láser por la tela, colocándola de costado, el mismo pasa sin tocar la pintura ni la tela. De este modo comprueban que la pintura está suspendida en el aire, por tres décimas de milímetros, o sea que la misma no está pegada en el manto, sino tan solo suspendida en el aire.

¡Suspendida en el aire, sobre la tela de fibra de maguey, pero sin tocarla!


LA TECNICA DE PINTURA NO ES REPLICABLE

Los pintores quisieron hacer algunas copias de la imagen y durante el trabajo se dieron cuenta de que era prácticamente imposible reproducir fielmente la expresión y los rasgos de aquella figura porque eran fruto de una técnica maravillosa e inexplicable, que aprovechaba perfectamente los graves defectos de la trama de la áspera tela.

Constataron, por ejemplo que, en la boca, la imperfección del tejido seguía de forma asombrosa el labio superior, obteniendo una profundidad y una expresividad maravillosas.


EL VIENTRE DE MARIA LATE CON VIDA ADENTRO

También un ginecólogo, al colocar el estetoscopio debajo de la cinta de armiño donde se ve que la Virgen se encuentra encinta, se da cuenta que siente ruidos de latidos rítmicos. Los cuenta y se lleva la sorpresa de que son de 115 a 120 pulsos en un minuto, que vienen a ser los latidos del corazón del Niño Jesús, y corresponden en dicha cantidad a los de un niño real.


LAS ESTRELLAS DEL MANTO REPRODUCEN EL CIELO DE 1531

En el manto de la Virgen de Guadalupe se encuentra representado con mucha fidelidad, el cielo del solsticio de invierno de 1531 que tuvo lugar a las 10:40 del martes 12 de diciembre, hora de la ciudad de México. Están representadas todas las constelaciones, que se extienden en el cielo visible a la hora de la salida del sol, y en el momento en que Juan Diego enseña su tilma (capa azteca) al obispo Zumárraga.

En la parte derecha del manto se encuentran las principales constelaciones del cielo del Norte. En el lado izquierdo las del Sur, visibles en la madrugada del invierno desde el Tepeyac. El Este se ubica arriba y el Oeste en la porción inferior.

Puede comprobarse que las constelaciones cuyo nombre es de animal malo (Escorpio, Draco, Ofiuco, Lobo, Osa, Toro…) son las que se dibujan sobre su manto, como para indicar que su manto nos protege de los animales malos. Ya lo había hecho notar la Virgen en la aparición de Extremadura.

A partir de la posición de las constelaciones que se proyectan en el manto, se puede deducir la posición de otras constelaciones que no son visibles en la imagen, porque su proyección cae fuera de esa prenda.

Por esta vía se comprueba que hay tres constelaciones cuya posición tiene un significado de interés a pesar de que su posición está fuera de la proyección del firmamento sobre el manto.

La primera, sobre la frente de la cabeza de la Virgen es la constelación Corona Borealis completando lo que aparentemente falta en su imagen a la descripción apocalíptica: corona de doce estrellas.

La segunda sobre las manos orantes de la Virgen corresponde a la posición de la constelación Virgo, como un refrendo adicional al dogma de su virginidad.

Por último en su vientre se sitúa la constelación Leo, cuya forma semeja la de un feto en el interior de la madre, remachando que la Virgen está encinta y que en su seno lleva al León de Judá.


LAS PUPILAS REGISTRARON LA MOSTRACIÓN DE LA TILMA

El fenómeno más sorprendente, el que ha despertado la curiosidad científica moderna sobre esta imagen, se refiere a los descubrimientos hechos en las pupilas de la Virgen.

En 1929, el fotógrafo Alfonso Marcué, estudiando algunos negativos de la imagen, observó que en el ojo derecho de la Virgen había una figura humana. El descubrimiento fue una sorpresa. Otros fotógrafos intentaron aclarar el hecho. En 1951, Carlos Salinas, fotógrafo oficial de la Basílica de Guadalupe, afirmó que había constatado que una figura humana se veía también en el ojo izquierdo.

En el año 1956 el oftalmólogo Dr. Torruela Bueno descubre que al acercarse al ojo para realizarle un fondo de ojo, la pupila se cierra y al apartar la luz se dilata nuevamente, como si fuera el ojo humano de una persona viva.

En julio de 1956 el Dr. Lavoignet después de 8 meses de trabajos, descubre el fenómeno óptico de la "triple imagen de Purkinge-Samson", que es el fenómeno óptico que hace que en el ojo humano se formen las tres refracciones del objeto visto, característico de todo ojo humano normal vivo, y afirma que las imágenes resultantes se ubican exactamente donde deberían estar según el citado efecto, y también que la distorsión de las imágenes concuerda perfectamente con la curvatura de la córnea.

En febrero de 1979 el Dr. José Aste Tönsmann culminó con dos años de trabajo intensivo y descubrió lo que hasta ahora ha sido uno de los fenómenos inexplicables más grandes de todos los tiempos. Por computadora el Dr. Aste agranda la imagen de la pupila del ojo derecho e izquierdo en forma digitalizada, y descubre trece personas que están siendo observadas por los ojos de la Imagen de la Virgen de Guadalupe.

Pero allí no termina la sorpresa, ya que al agrandar la pupila del Obispo Juan de Zumarraga otras mil veces más, o sea 1 milímetro de la imagen se agranda primero 2500 veces y luego la pupila del obispo 1000 veces más y allí aparece nuevamente la imagen del indio Juan Diego mostrando la Tilma con la Imagen de la Virgen de Guadalupe, retratada en los ojos del obispo.

Dos veces se retrata la imagen: una vez en los ojos de María, y luego en los ojos del obispo retratados en los ojos de María. O sea que esta imagen se observa en el tamaño de un cuarto de micrón, que es la 1/4 parte de un millonésimo de milímetro.

¡Esto hizo que el Doctor Aste Tonsmann no durmiera por varios días maravillado de algo tan increíble!. No es para menos, los milagros deben maravillarnos. En caso contrario, ¿qué sentido tiene que Dios los realice?

Si bien sus dimensiones son microscópicas, el iris y las pupilas de los ojos de la imagen tienen impresa al menos la imagen sumamente detallada de trece personajes. Las mismas personas están presentes tanto en el ojo izquierdo como en el derecho, con diferentes proporciones, al igual que sucede en los ojos de un ser humano que refleja los objetos que tiene en frente.

Se puede individualizar a un indio sentado, que mira hacia lo alto mientras parece tener entre sus manos un instrumento musical indígena; el perfil de un hombre anciano, con la barba blanca y la cabeza con calvicie avanzada, como el retrato del obispo Juan de Zumárraga realizado por Miguel Cabrera para representar el milagro; un hombre más joven, con toda probabilidad el intérprete Juan González; un indio de rasgos marcados, con barba y bigote y un gorro típicamente indígena, que abre su propio manto ante el obispo: ¡sin dudas se trata de Juan Diego!; una mujer de rostro oscuro, una sierva negra que estaba al servicio del obispo; un hombre de rasgos españoles que mira pensativo acariciándose la barba con la mano.

En el centro de las pupilas, además, a escala mucho más reducida se puede ver otra «escena», totalmente independiente de la primera. Se trata de una familia indígena compuesta por una mujer, un hombre, y algunos niños. En el ojo derecho, aparecen otras personas de pie detrás de la mujer.

SANTA MARÍA DE GUADALUPE DEL TEPEYAC, MÉXICO ( 12 DE DICIEMBRE)


Aquella misma tarde de la primera aparición, Juan Diego volvió a pasar por el Tepeyac, le contó a la Virgen lo sucedido y Ella insistió en que Juan Diego lo intentara de nuevo al día siguiente.

Siguiendo las instrucciones de la Virgen, Juan Diego volvió a presentarse ante el obispo, quien entonces le pidió alguna señal que demostrara que lo que decía era verdad.

Ese mismo día por la tarde, Juan Diego tuvo su tercer encuentro con la Virgen. Al hacerle saber la petición del obispo, la Virgen le pidió que volviera a encontrarla al día siguiente, y que entonces le daría la señal que pedía el obispo.

Pero al día siguiente -lunes 11- el tío de Juan Diego, Juan Bernardino, enfermó gravemente a causa de la peste, y esto impidió a Juan Diego presentarse ante la Virgen. Esa misma noche empeoró el estado de Juan Bernardino, por lo que Juan Diego tuvo que ir a la ciudad de México en busca de un sacerdote.

Transcurrían las primeras horas del 12 de diciembre cuando, en su camino a la ciudad, Juan Diego pasó a la altura del Tepeyac, la Virgen se apareció y le dijo que no debía temer más por la salud de su tío y le pidió que subiera a la cumbre del Tepeyac, en donde encontraría unas rosas de Castilla -que no florecían en el cerro- que serían la señal que debía entregar al Obispo.

Mientras Juan Diego se dirigía a casa del obispo, la Virgen se apareció ante el moribundo Juan Bernardino y lo sanó. Le explicó el encargo que había dado a Juan Diego, y le pidió que hablara al Obispo de su enfermedad y la forma como había sido curado por Ella.

Hacia el mediodía de aquel 12 de diciembre Juan Diego le dijo al obispo que le había traído la señal que le había pedido. Entonces desenvolvió su manta y las rosas de Castilla cayeron al suelo, y en la manta apareció la imagen de la Virgen de Guadalupe.

Fue proclamada patrona de México en 1754 y coronada el 12 de octubre de 1895 por orden de León XIII. En 1910 San Pío X la proclamó patrona de Latino América.Juan Pablo II, la proclamóPatrona del Continente Americano.


SÍNTESIS DE LAS APARICIONES DE LA VIRGEN DE GUADALUPE A JUAN DIEGO

Las Apariciones de Nuestra Señora la Virgen de Guadalupe a Juan Diego, la milagrosa estampación de su Santa Imagen en el humilde ayate de su vidente y su mensaje de amor por nosotros tienen como fin principal anunciar a su amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, a los pueblos que habitaban el "nuevo mundo".


PRIMERA APARICIÓN: SÁBADO 9 DE DICIEMBRE EN LA MADRUGADA

Juan Diego oye cantos de pájaros. Le llaman por su nombre; sube a la cumbre del cerro del Tepeyac y ve a la Niña que le ordena ir ante el Obispo para pedirle un templo en el llano. "Hijito mío el más amado: yo soy la perfecta siempre Virgen Santa María, Madre del verdaderísimo Dios..., mucho quiero tengan la bondad de construirme mi templecito...Allí estaré siempre dispuesta a escuchar su llanto, su tristeza, para purificar, para curar todas sus diferentes miserias, sus penas, sus dolores".


SEGUNDA APARICIÓN: SÁBADO 9 DE DICIEMBRE APROXIMADAMENTE A LAS 5 DE LA TARDE

Juan Diego vuelve a la cumbre y da cuenta de la incredulidad del Obispo y pide que escoja otro mensajero. Pero la Virgen le confirma en su misión y le ordena insistir al día siguiente. "Hijito mío el más pequeño: es indispensable que sea totalmente por tu intervención que se lleve a cabo mi deseo. Muchísimo te ruego y con rigor te mando, que mañana vayas otra vez a ver al Obispo. Y hazle oír muy claro mi voluntad, para que haga mi templo que le pido".


TERCERA APARICIÓN: DOMINGO 10 DE DICIEMBRE COMO A LAS 3 DE LA TARDE

Nuevamente en la cumbre, Juan Diego refiere su segunda entrevista con el Obispo. Aún no le cree y le ordena pedir a la Señora alguna señal. La Virgen ordena a Juan Diego que vuelva al cerro al día siguiente para recibir la señal que le dará. "Así está bien, hijito mío, el más amado. Mañana de nuevo vendrás aquí para que lleves al Gran Sacerdote la prueba, la señal que te pide. Con eso enseguida te creerá, y ya para nada desconfiará de ti". Juan Diego, no vuelve por la enfermedad de su tío Juan Bernardino.


CUARTA APARICIÓN: MARTES 12 DE DICIEMBRE MUY DE MADRUGADA

Ante la gravedad de su tío, Juan Diego sale a México para buscar un sacerdote. Rodeó el cerro para que la Virgen no lo encontrara. Pero ella sale a su encuentro; lo tranquiliza de la enfermedad de su tío: "Te doy la plena seguridad de que ya sanó": Lo envía a la cumbre por las rosas que serán la señal, A su regreso, la Virgen le dice: "Hijito queridísimo: estas diferentes flores son la prueba, la señal que le llevarás al Obispo. De parte mía le dirás que por favor vea en ella mi deseo, y con eso, ejecute mi voluntad".


QUINTA APARICIÓN: MARTES 12 DE DICIEMBRE MUY DE MADRUGADA

Al mismo tiempo que se aparece a Juan Diego, se aparece a Juan Bernardino, tío del vidente, en su casa le cura de sus enfermedades y le manifiesta su nombre y pide que de ahora en adelante,"a su preciosa imagen precisamente se le llame, se le conozca como la "SIEMPRE VIRGEN SANTA MARIA DE GUADALUPE".


LA ESTAMPACIÓN EN LA TILMA: MARTES 12 DE DICIEMBRE AL MEDIODÍA

En la casa del Obispo Fray Juan de Zumárraga, Juan Diego muestra las rosas que llevaba en su ayate, señal dada por la Virgen. "Desplegó su tilma, donde llevaba las flores. Y así, al tiempo que se esparcieron las diferentes flores preciosas, en ese mismo instante... apareció de improviso en el humilde ayate la venerada imagen de la siempre Virgen María, Madre de Dios, tal como ahora tenemos la dicha de venerarla en lo que es su hogar predilecto, su templo del Tepeyac".